Pensum de estudios, programa de cada materia, notas certificadas, puesto, rango, promedio, título universitario para legalizar o apostillar. Carolina Rivero, joven barquisimetana graduada en ingeniería civil hace tres años, solicitó estos documentos en su alma mater, la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), con la perspectiva de ejercer su carrera en Colombia, pues tiene la ciudadanía de ese país gracias a sus padres. Su próximo paso, luego de algunas colas y trámites adicionales, es irse a la tierra de sus ancestros.
Las razones para el aumento de la emigración venezolana son evidentes, como comenta el coordinador de graduaciones de la UCLA, profesor David González: sueldos insuficientes, inflación, imposibilidad de comprar bienes básicos como vivienda, repuestos, medicinas y alimentos, tanto por su alto costo como por su escasez. Son estos y otros los factores que obligan a gran cantidad de profesionales a buscar otros horizontes.
Cifras
“Los documentos que los graduados solicitan casi en su totalidad, son para trámites en el extranjero y esta cantidad ha aumentado exponencialmente” ahonda el docente y agrega que no se trata solamente de personas que han recibido su título recientemente, sino también de profesionales con 15 y más años de graduados.
González especifica que a inicios de 2015, tramitaban aproximadamente 70 de estas solicitudes a la semana, mientras que a finales de ese mismo año, atendían 500, para un aumento del 614%. Ya en junio de 2016, el volumen es de unas 700 semanalmente.
Las cifras tampoco son alentadoras en la Universidad Nacional Experimental Politécnica Antonio José de Sucre (UNEXPO), tal como constata la secretaria general de esta institución, profesora Magly Meléndez. Únicamente en el vicerrectorado Barquisimeto, 823 egresados solicitaron sus documentos para el exterior en 2015; por su parte, en el primer trimestre de 2016 se realizaron 271 de estos trámites.
Luego, si se toman en cuenta todas las sedes y núcleos de la UNEXPO (Caracas, Barquisimeto, Puerto Ordaz, Carora, Charallave y Guarenas) los números de 2015 fueron de 2332. Durante el primer trimestre de 2016, un total de 1376 egresados requirieron sus documentos, es decir, en tres meses, hubo 59% del número de solicitudes de 2015.
“Algunos piden los papeles para irse, y otros ‘por si acaso’” comenta Meléndez. Mientras una minoría de quienes hacen las solicitudes ya tienen un puesto de trabajo en el exterior, otros se van sin esa oferta “porque no soportan la situación del país” acota la autoridad universitaria.
También los profesores
La fuga de talentos igualmente afecta al cuerpo docente de las casas de educación superior, según explica la vicerrectora académica de la UNEXPO Fraisa Codecido. Indica que se ha incrementado la cantidad de profesores activos que piden una licencia sabática o un permiso, remunerado o no.
“La situación como está tan difícil, a veces pienso que no van a regresar” señala Codecido. Y en gran cantidad de casos, así ocurre.
Estos docentes que han sido preparados por la universidad venezolana resultan idóneos para empresas e instituciones extranjeras, que les ofrecen en un mes lo que aquí podrían ganar en un año. “Muchos de los que se han ido están en cargos gerenciales u otras universidades” agrega. Así, Medicina y las ingenierías en sus diversas menciones, son algunos de los títulos venezolanos más apreciados en el exterior.
“Esta fuga de talento es terrible para nosotros, no solo por haberlos formado e invertido, sino porque esa gente hace falta” para el desarrollo de la nación, reconoce González.
Emigrar no es fácil, pero ante la turbia perspectiva de la realidad venezolana, muchos optan por un entorno con mayores posibilidades de crecimiento y realización. La tendencia no hace sino aumentar, dejando hogares vacíos, familias dispersas por el mundo y un país que despide a su talento en las puertas del aeropuerto de Maiquetía.
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