El reloj marcaba las 10:00 de la mañana. Andrés Edgardo Gutiérrez Picón (24), se encontraba en la cocina de su vivienda cocinando una pasta y haciendo una salsa para el almuerzo. En la casa que está ubicada en la calle 14, del sector La Alianza de Tarabana II, en Cabudare municipio Palavecino, estaban junto a él, su esposa, sus bebés pequeños, su hijastra de 14 años y su cuñado Daniel José Álvarez Velásquez (31).
De pronto a la morada llegaron dos sujetos, descritos por los vecinos como unos hombres que vestían camisa manga larga. Uno de ellos de contextura delgada y el otro gruesa.
“Buenas para que nos compren unos jabones”, dijeron los sujetos y la dama se asomó observó que eran de esos artesanales e indicó que no tenían dinero.
Uno de los hombres de forma violenta le dio una patada a la puerta azul del porche de la vivienda y entraron con rapidez. Se identificaron como “petejotas”, los dejaron entrar y se quedaron tranquilos porque no le deben nada a la justicia.
Los sujetos, según dijo la testigo principal, se les notaba odio en sus miradas. Apuntaron a las niñas, incluso a la de 14 años, a quien aparentemente pretendían matar.
La esposa de Gutiérrez Picón y madre de la adolescente la agarró a ella, a sus dos pequeños de 3 años y al bebé de 9 meses. Para protegerlos se escondió en un cuarto. En ese momento se escucharon al menos diez detonaciones seguidas, después otra ráfaga de disparos.
En ese instante fue cuando los vecinos de la cuadra se alertaron y supieron que algo malo pasaba. Algunos se asomaron con cuidado y fue cuando vieron salir corriendo a los sujetos antes descritos. No descartan que más adelante los estuviese esperando otra persona en un vehículo para huir.
La esposa de Gutiérrez Picón salió de la habitación cuando dejó de escuchar sonidos y se encontró un panorama aterrador. Su pareja desde hacía cinco años estaba tirado en el piso. Lo habían masacrado con más de doce impactos de bala.
Los sujetos también acabaron con la vida de su hermano. Su dolor era doble.
De inmediato los vecinos la ayudaron y alertaron a las autoridades, según relató una allegada a la familia que no quiso ser identificada.
Funcionarios del Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalisticas (Cicpc) acudieron al sitio de sucesos e hicieron el levantamiento de los cadáveres e iniciaron las averiguaciones del Manejan la venganza como móvil.
Había tenido una pelea
Trascendió por declaraciones de los vecinos que días atrás, Gutiérrez Picón sostuvo una pelea con un sujeto, de quien sospechan que pudo ser el criminal. Aunque aseguran que este muchacho era tranquilo y no se metía con nadie, por lo que no le conocían enemigos.
Edgardo Gutiérrez, padre de uno de las víctimas fatales, relató que el joven era el tercero de seis hermanos, se ganaba la vida como albañil y comenta que su muchacho era sano.
Sobre el cuñado de Gutiérrez Picón no se dijo nada al respecto, lo único que informaron los allegados es que vivía con su hermana y su pareja.
Aparentemente era herrero y según el portal web del Tribunal Supremo de Justicia presentaba antecedentes por el delito de hurto agravado y asociación para delinquir del mes de abril del 2013. En ese entonces le dieron una medida cautelar de presentación de cada 30 días.
En el misma página digital se refleja que en el mes de febrero del 2009, Gutiérrez Picón fue detenido por posesión de droga y dejado en libertad con una medida cautelar. Estuvo involucrado en la misma causa por la que su cuñado fue detenido en el 2013: hurto agravado y asociación para delinquir.
Su familia pide que este doble homicidio sea investigado.
