En la hacienda Agua Viva, donde se originó la fundación de la parroquia que lleva ese nombre desde hace 18 años, emprendedores de la zona, así como invitados de otros sectores, continúan este domingo ofreciendo sus creaciones artesanales en la II Feria Ecoturística y Artesanal.
Son unos 200 artistas que desde el viernes se encuentran en el amplio salón al aire libre de la finca, llamando la atención de quienes llegan de todas partes en busca de las novedades que ellos exhiben.
En los numerosos puestos allí ubicados se observan trabajos de bisutería, tejidos, lozas, cerámicas, pinturas, gastronomía, dulcería, “para escoger”, dijo una artesana.
El cronista de Agua Viva, José Luis Sotillo, por su parte, se mostró complacido por el alto número de emprendedores presentes, y sobre todo, por el hecho de realizar la feria en la hacienda que dio origen a la parroquia.
Recordó que en los inicios en la zona solamente había artesanos, pero luego se fueron incorporando otros emprendedores que la han convertido en un gran emporio turístico, con posadas, salas de fiesta, clubes y hasta industrias.
Además, destacó las manifestaciones culturales que se han desarrollado en Agua Viva, no sólo dedicadas al tamunangue, lo más representativo del estado Lara, sino también otras, como la de San Pascual Bailón, la del joropo, de los Catarí, y muy pronto la escuela del garrote, de Eduardo Sanoja.
Sotillo considera muy importante esta feria pues en apenas su segunda edición ya ha adquirido renombre nacional y en pocos años se convertirá en otro atractivo turístico para el estado Lara, junto a Tintorero y Quíbor.
¿Y qué le falta a Agua Viva para terminar de consolidarse?
En primer lugar señalización, responde, para que el turista pueda llegar con mayor facilidad, así como incrementar la seguridad y que en los centros educativos locales incorporen el turismo como materia para ir preparando a los jóvenes sobre cómo debe tratar al visitante.