Parafraseos

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• De ser las capitales de estado los únicos lugares para validarse las firmas para el revocatorio, va a ser difícil subirle la cuesta a este enésimo obstáculo en el camino de este gobierno peregrino. Fíjense ustedes, para alguien que venga, por ejemplo, de mi pueblo, Aguada Grande, tendría que pagar Bs. 500 para ir y otros Bs. 500 para regresar. Eso si la tarifa no ha sido aumentada para la fecha. Es cierto que ya no se compra casi nada con mil bolívares, pero todavía le hacen falta a la mayoría del pueblo a quien no le sobran billetes «pa’ lanzá pa’rriba». ¿Tiene la MUD la logística para traerse a toda esa gente esos días? ¡Habrá que llamar a María!
• Si no hemos tocado fondo es porque al gobierno todavía le faltan fondos que tocar
• En este mundo donde no tenemos tiempo para nada, es encomiable luchar para asistir al funeral de los demás de modo que ellos no se vean en el aprieto de asistir al nuestro
• Que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha. Eso si no tienen malas mañas
• La paz comienza con una sonrisa, decía la Madre Teresa de Calcuta. ¿Cuánto hace que los venezolanos no nos reímos de buena gana los unos con los otros, más no los unos de los otros?
• Esta vez le tocó a la ciudad de Orlando en Florida vivir una masacre en masa por parte de una mente enferma de toda enfermedad. ¡Inexplicable! Como le suplicó una de las víctimas a su victimario: «¿Por qué me matas si yo nunca te he visto a ti ni tu a mí, y tampoco te he hecho daño?». La respuesta fue más balas para terminar de callarlo.
• Cada día Nuestro Salvador tiene más trabajo porque nos tiene que salvar de más cosas.
• Estamos viviendo la inauguración de «Calles del Hambre» en todo el territorio nacional.
• «Un estómago vacío no es un buen consejero político», Albert Einstein
• El gobierno es insensato e indolente cuando habla de «injerencia extranjera» al rechazar toda ayuda humanitaria para Venezuela. Debería entender que lo deseado no es la «injerencia» sino el otro tipo, la que se escribe con «g» «ingerencia» que tiene que ver con introducir algo a la boca, comer pues, y eso es precisamente lo que quiere la gente que nos ve con horror desde afuera. Veámoslo más bien una fortuna que ellos deseen ayudarnos a evitar una hambruna.
• Por cierto, quien ha pasado hambre difícilmente desperdiciará la comida. Ese puede ser un buen aprendizaje que nos deje la actual escasez para aquellos acostumbrados a botarla.
• Desde Tabay hasta Juan Griego se deja oír un solo ¡ayayay! de nuestra hambre sin sosiego
• «Esta situación provoca es llorar, ver cómo la gente está pasando trabajo en los barrios», le dijo Pedro Navarro (no Pedro Navaja, aunque lo que expresó destroza el alma) a la periodista de EL IMPULSO María Fernanda Peñalver mientras él recogía comida en los basureros de Mercabar. Digno de destacar es su extrema compasión al compartir con sus vecinos lo poco que puede conseguir. Ellos no tienen una bicicleta para llegarse hasta Mercabar como sí la tiene Pedro y teniéndola el la tienen ellos. Dios bendiga a este Pedro, una roca de esas que Dios desea para construir su iglesia. Personas como Pedro dejan un legado para quienes teniendo más ayudamos menos. Nos vemos por ahí.

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