Reflexiones en positivo – Sin producción no hay solución

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He visto pasar muchos inviernos y veranos e igualmente muchas formas de dedicarse el campesino y el productor agrícola a dar respuestas a la necesidad de alimentación de la gente. Era, es y seguirá siendo patrón de conducta de esa sociedad el afirmar que cuando hay abundancia de producción de cualquier rubro, baja el precio.

Es normal ver en casas rurales, en pueblos y caseríos, los huertos familiares, las barbacoas, y hasta tuve oportunidad de ver en los puestos de guardias nacionales lo que se llamó y tal vez se llame un vivero forestal, en donde también se producían ingredientes básicos para sazonar la comida, como lo son la cebolla en rama, tomate, ají dulce, perejil, cilantro y el ají picante. Por allá en los pueblos del estado Mérida ha sido y será normal que en el jardín familiar se siembren papas y ajo para ese consumo familiar.

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Traigo todo esto a colación porque una cosa es el tiempo de verano e invierno y otra la dedicación a producir. Esto lo aprendí cuando de muchacho asistí a las clases y entrenamiento que daba el perito agrícola de algo que se llamó el Club 5V, que honestamente no se qué quiere decir. Ese señor siempre ratificaba que para producir se debía tener un espacio acorde a lo que se quería producir, un tiempo y una temperatura ideal para la planta, una tierra fértil acorde con la planta, abonos químicos para la planta y a la vez los plaguicidas o insecticidas necesarios para el control de la plaga que ataca específicamente a esa planta y de ahí la dedicación al cuidado del cultivo y toda esa maraña, dependiendo de lo más importante: esa mínima expresión que ya prácticamente no se consigue, que es la “semilla”.

En muchos pueblos venezolanos detrás de las casas de residencia se hicieron instalaciones para conservar semillas, sobretodo de granos, papas y otros rubros y cada año se permitían sembrar variedades de granos como maíz blanco y amarillo, caraotas negras, frijol blanco, frijol bayo, caraotas rojas y otras especies. Los productos como el tomate, el pimentón, el ají dulce, el repollo, la lechuga, lo mejor de estos frutos sus semillas eran secadas y aprovechadas.

Todo esto no es que ha cambiado, el tiempo de verano e invierno sigue siendo el mismo y las necesidades de producción de alimento siguen siendo las mismas, adaptadas cada una a las actividades a que se dedica la sociedad. Las jardineras de la sociedad urbana deben de seguir siendo jardineras y los campos deben seguir siendo campos de producción agrícola y para eso es que nuestras universidades, la facultad de técnicos agrícolas rudimentarios, fue reemplazada por facultad de agronomía y otras especialidades que permiten y guardan relación con una verdadera producción.

Por todo esto tenemos que continuar insistiendo en la utilización de la tecnología moderna para salir de esa paralización y poner al país a dar respuestas a la necesidad alimentaria que hoy exige la población.
Ahora más que nunca el campo es la solución. Unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país……

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@JGMendozabargto

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