“Hoy me hice un peinado especial porque vienen a entrevistarme”, dijo Jesús a sus compañeros de trabajo.
“¿A qué hora vienen los periodistas?”, preguntaba Kevin con emoción; mientras que Claudia prefirió esperar al reportero gráfico para decirle: “Enfócame aquí en el rostro”.
Así fue el preámbulo al encuentro con tres jóvenes con Síndrome de Down (SD) que laboran en la Clínica Acosta Ortiz, cada uno en diferentes departamentos. Ellos son Jesús Bermúdez, de 28 años; Kevin Silva, de 24 años; y Claudia Corado, de 23 primaveras.
Desde el día anterior a la entrevista mostraron emoción y ansiedad por cómo se iban a vestir y peinar para las fotos, y ese día esperado, estaban desde primeras horas de la mañana preparados para conversar sobre su trabajo diario.
Jesús es bilingüe, pues también habla italiano por tener ascendencia familiar de Italia, y es el más serio. Le gusta terminar su trabajo a tiempo y hacerlo bien. Trabaja en el área de Farmacia, desde ordenar el almacén de medicamentos hasta sacar las fotocopias que requieran sus supervisores.
Antes trabajó en una heladería, y dijo que le gustaba viajar con su familia, quienes están orgullosos de su actitud ante la responsabilidad que conlleva trabajar en una empresa con trayectoria.
Kevin, según sus compañeros de trabajo, es el más dulce, siempre tiene una sonrisa para todos y se alegra con pequeños detalles, desde un saludo hasta la llegada de los tickets de alimentación.
“Iré a comer y pasear”, dice saltando de emoción.
También trabaja en el área de farmacia, recibe y entrega pedidos, y también pone el orden a los anaqueles del depósito.
Dijo que su familia lo trata muy bien, así como sus tíos, la nonna, los primos y se considera amigos de todas las personas que conoce.
“Mi mamá es mi mejor acompañante y me ha apoyado siempre”, dijo Kevin, quien además forma parte del grupo de danza de Alasid.
Claudia es la más coqueta, y además quien tiene más responsabilidades, porque trabaja en la caja principal, atiende a los proveedores e incluso les entrega dinero cuando debe dar “el vuelto”.
“Mis amigas (compañeras de trabajo y jefas) supervisan mi trabajo, antes archivaba los cheques de la contabilidad y ahora estoy en la caja”, expresó Claudia.
Ella es cinta azul en kárate y ha participado en competencias fuera del país, como lo hizo recientemente en México, cuando logró medallas en el Campeonato Internacional de Kárate. Además, toca flauta dulce y cuatro en la agrupación musical de Alasid.
Hablan sus jefes
Karina Cuicas, gerente general de la organización, señaló que ellos “son la alegría” de la clínica, porque siempre están felices, abrazan a sus compañeros, brincan y denotan su inocencia infantil en cada una de las actitudes ante la vida.
“Ellos están aquí por un proyecto que nos presentó Alasid (Asociación Larense Amigos del Síndrome de Down)”, contó Cuicas. Indicó que el personal necesita un entrenamiento previo para trabajar con las personas con SD, porque se debe dedicar tiempo a su adiestramiento, el cual es rápido, porque como explicó, basta explicarles una sola vez lo que tienen que hacer y lo harán.
“Jesús dice que será médico, y cada vez que se encuentra a uno, le dice que será como él”, dijo Lirio Petit, gerente administrativa.
Recalcó que son disciplinados, y aunque se entiende las pocas limitaciones que tienen, se les hace saber que deben cumplir con las responsabilidades inherentes a sus cargos, para poder disfrutar de los beneficios socioeconómicos (salario, vacaciones, permisos).
En el caso de Jesús, Kevin y Claudia, se les ha educado en el área laboral, en donde la familia también tiene su cuota de responsabilidad.
“Se les llama la atención como a cualquier otro trabajador, deben cumplir sus tareas y el horario.
Cuando solicitan permisos debe ser por una causa justificada. Así ellos aprenden que obtienen un beneficio económico por la labor bien hecha que deben realizar. No es caridad”, expresó Karina Cuicas.
Indicó que los representantes de Alasid los visitan cada 2 a 3 meses para evaluar el desenvolvimiento de los jóvenes, y así conocer cuáles áreas reforzar y en cuáles sobrepasan las expectativas.
José Francisco Navarro, médico fisiatra, informó que hay otros jóvenes en Lara integrados en el mercado laboral, como Carlos Andrés
Parra y Danny Fernández, como obreros en una guardería adscrita a la Zona Educativa. Eligio Yánez Álvarez, quien lleva cinco años en una tienda comercial; Efraín
Pargas, labora en una lunchería al oeste de Barquisimeto; Francisco Rodríguez y Juan Carlos Sierralta, trabajan en otro comercio ubicado en el centro comercial Arca.
Un 5% del personal
Las personas con algún tipo de discapacidad tienen derechos establecidos en la legislación venezolana, por ejemplo, según la Ley para las Personas con Discapacidad, los órganos y entes de la Administración Pública Nacional, Estadal y Municipal, así como las empresas públicas, privadas o mixtas, deben incorporar a sus planteles de trabajo no menos de un cinco por ciento (5%) de personas con discapacidad permanente de su nómina total, sean ellos ejecutivos, empleados u obreros.
El incumplimiento de la cuota de incorporación conlleva sanciones económicas tipificadas en la misma legislación.
Destacados en deportes
José Francisco Navarro, médico dedicado a la integración de las personas con Síndrome de Down desde hace 36 años, cuando nació su hija Julia con esta condición, explicó que ellos no sólo se destacan en puestos de trabajo, sino en actividades deportivas y artísticas.
“Tenemos en el estado Lara jóvenes destacados en natación como Josué Antonio Escalona, quien tiene el quinto mejor tiempo mundial en 100 metros estilo pecho; junto a Carlos Salas, Elvis Rivero y Angélica Bellizzi”, recalcó Navarro.
En el tenis se encuentra Edgar Hernández, miembro del movimiento de olimpiadas especiales; Manolo Peraza y Osmarly Menabué en el boliche; y los cintas negras en kárate, Julia Navarro y José Gregorio Rojas.
“Julia fue designada Atleta del Año, mención femenina en el área especial, en el pasado torneo anual de kárate”, resaltó orgulloso el doctor Navarro.
Asimismo José Gregorio Rojas y Carlos Salas, además de deportistas, trabajan como monitores en un proyecto de artes marciales para personas con capacidades diferentes.
Agrupación musical
En cuanto al arte, la agrupación musical de Alasid es la primera en su estilo en toda Latinoamérica, con un disco grabado en el año 2004, y presentaciones en diferentes escenarios como la Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela y el auditorio Ambrosio Oropeza de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado.
“El grupo de danzas ha tenido laoportunidad de mostrar nuestro folklore fuera del país, como también nuestros muchachos han expuestos sus pinturas en Venezuela y en el exterior. La muestra pictórica de la Divina Pastora es la que abre las puertas del Ateneo de Barquisimeto cada año”, señaló José Francisco Navarro.
Escolarización necesaria
Navarro precisó que en cuanto al tema de la Integración Universitaria de los Estudiantes con Síndrome de Down, se debe recordar el pensamiento del Papa Juan
Pablo II, quien en cierta ocasión dijo: “Una sociedad que diera únicamente espacio a los miembros plenamente funcionales, totalmente autónomos e independientes, no sería una sociedad digna del ser humano”.
Mencionó el caso de la estudiante Yesenia Coromoto Urdaneta Álvarez, quien en la Universidad Bolivariana de Venezuela, sede de Barquisimeto, logró el título de T.S.U. en Planificación de Programas Socio-Comunitarios. Ella prosiguió con estudios de Licenciatura en Gestión Social para el Desarrollo Local, que está a punto de culminar.
“Creo que es la primera universitaria venezolana que alcanzara tan alto grado académico, y en su éxito han confluido varios apoyos, siendo el fundamental el dado por la familia y el empeño puesto por Yesenia, quien aspira conseguir un empleo al culminar su carrera”, dijo Navarro.
A los padres
José Francisco Navarro, quien además es el progenitor de Julia Navarro, con SD, recordó que los padres son los primeros que muestran resistencia al cambio y a la integración escolar o laboral de su hijo especial. “Deben darle la oportunidad de su inserción en el mercado laboral, porque al tener un puesto de trabajo elevarán su autoestima, creerán más en sí mismos y comenzarán a sentirse útiles e independientes, un derecho que no le podemos quitar a nuestros hijos”, exhortó el médico especialista.
Fotos: Ángel Zambrano