No hay interés en el diálogo nacional tanto en el Gobierno como en la oposición, afirma en forma tajante el sociólogo y profesor universitario Carlos Raúl Hernández al ser consultado por EL IMPULSO.
El oficialismo hasta se ha escandalizado de hablar con la oposición y en esta se han acumulado muchos resentimientos por la forma como ha sido tratada durante 27 años por quienes detentan el poder, según su apreciación de analista.
Pero, advierte que históricamente se ha demostrado que cuando se presentan situaciones críticas solo pueden ser solucionadas mediante la negociación.
Por otra parte, dice que no es cierto que los militares estén con Nicolás Maduro, sino que es apoyado por una cúpula; pero, de acuerdo a la infomación interna que se tiene es que los uniformados son perseguidos como los civiles y, además, espiados por los agentes del G-2 cubano.
Es de temer que pueda producirse un Golpe de Estado, pero nuestro entrevistado rechaza de entrada cualquier acción de ese tipo.
Esenciales diálogo y negociación
Ya el presidente Nicolás Maduro dijo, antes de las elecciones parlamentarias del año pasado, que no habría cohabitación con la oposición. Se declaró en rebeldía contra los nuevos diputados electos y desde entonces no ha cesado en su enfrentamiento con el Poder Legislativo. Diosdado Cabello demostró su radicalización cuando ya fenecía el período legislativo: nombró un parlamento paralelo, que no llegó a instalarse en el Palacio Federal; y designó con el apoyo, por supuesto, de los diputados oficialistas, que eran todos los integrantes de la cámara, a los trece magistrados principales y 21 suplentes, del Tribunal Supremo de Justicia para blindar al Ejecutivo nacional y, desde luego, desconocer a la nueva Asamblea Nacional, como en efecto ha ocurrido, al declarar inconstitucional todas las leyes y decisiones tomadas. Aún más, la Sala Electoral le restó cuatro diputados indígenas, incluyendo uno del oficialismo, para que no tuviera el número de parlamentarios electos. Con esos antecedentes, ¿podría haber un verdadero diálogo?
-Particularmente, el Gobierno lo ha negado siempre. Incluso, se ha escandalizado hasta la posibilidad de hablar con opositores. Sin embargo, el punto no es ese. El punto que yo creo es que para los sectores democráticos, el diálogo y la negociación son la esencia de la política. Y la propuesta de negociar y de dialogar tiene que estar como centro de cualquier proyecto democrático. Ahora, si el Gobierno no lo quiere hacer, pues, bueno, esa es su decisión. Ante el país, yo considero que la tesis de los sectores democráticos tiene que ser siempre: el diálogo.
-Hace como dos años hubo un diálogo, un encuentro celebrado en Miraflores por Maduro y sectores de oposición, por televisión, en el cual no se concretó nada.
-No. Aquí nunca hubo diálogo, ni espíritu de diálogo, sino un debate en televisión, donde el Gobierno y la oposición se dijeron de todo. No fue un diálogo y eso no se parece en nada a un diálogo. Un diálogo es la búsqueda de salidas a la situación del país, y eso, hasta ahora, no ha ocurrido.
Hablar con los presos políticos
-¿Cómo ve la visita de José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del Gobierno español a la cárcel de Ramo Verde para hablar con Leopoldo López cuando todos los intentos de otros ex mandatarios y parlamentarios que han visitado el país no han tenido oportunidad de hacerlo, ya que se les ha negado el contacto con el dirigente de oposición?
-Yo creo que si aquí hubiera de verdad una iniciativa de diálogo, sería normal que los facilitadores hablaran con los diversos factores que están en juego, entre otros los presos políticos, porque estos tienen que ser un elemento de esa negociación.
-Pero, el Gobierno no reconoce que los detenidos por oponerse al régimen sean presos políticos sino que los ha calificado de políticos presos…
-No lo reconoce el Gobierno, pero son presos políticos.
-En el caso de Leopoldo López parece que Rodríguez Zapatero le propuso cambiar la celebración del referendo revocatorio por su libertad. ¿Considera que esa propuesta es inmoral, ya que se está pensando en suspender un acto legítimo y constitucional como el revocatorio, y que se le haga a una persona como Leopoldo López, que ha recibido una enorme condena de prisión solo por el hecho de haber planteado una movilización pública denominada La Salida el año 2014, criminando así la protesta, que también es un derecho constitucional?
-Yo no hablo de política en términos de moral o inmoral, bueno o malo, sino que yo hablo de política en términos prácticos. A mí me parece que es una propuesta inviable, en virtud de que la oposición está enmarcada en el fondo en el tema del referendo revocatorio. Creo que sería una torpeza por parte de un negociador proponer algo que sabe que se lo van a rechazar.
-En cuanto a los expresidentes de Dominicana y Panamá, Leonel Fernández y Torrijos, respectivamente, y del gobierno español, Rodríguez Zapatero, cree usted que tienen la posibilidad de lograr que haya un entendimiento entre el Gobierno y la oposición?
-Es que la decisión claramente depende del Gobierno y la oposición y no exclusivamente de los negociadores. Y la impresión que tengo es que ni el Gobierno ni la oposición quieren negociar. Así en esos términos no creo que tenga perspectiva.
Sin negociación no hay salida
-¿Por qué la oposición no quiere dialogar con el Gobierno?
-Ahí opera una gran cantidad de factores emocionales y políticos. En los 17 años de gobierno se han acumulado demasiados resentimientos. El Gobierno ha jugado con un exceso de bastardía y de suciedad contra los factores democráticos. Eso ha generado un sentimiento que rechaza la posibilidad de entendimiento. La historia enseña que si no hay forma de negociación no hay salida progresista para una situación de crisis como la que se está registrando en estos momentos.
-El Gobierno persiste en su error porque no está dispuesto a cambiar de modelo económico y, por supuesto, de cambiar de modelo ideológico.
-Lo que pasa es que si el Gobierno no cambia, el país va para un golpe de Estado. La situación de Maduro no se mantiene en el tiempo. Y eso es lo que desgraciadamente parece ser que no entiende.
Militares perseguidos y espiados
-¿Qué supondría un Golpe de Estado en estos momentos porque los militares están con Maduro, ya que el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, se ha convertido en un factor político que opina sobre cualquier asunto que atañe al gobierno y lo defiende públicamente al punto de haber hecho afirmaciones contra el secretario general de la OEA?
-No tiene basamento esa afirmación de que la Fuerza Armada Nacional sea afecta al Gobierno. No es cierto que los militares estén con Maduro. La información interna es que los militares están sometidos a persecuciones igual que los civiles, están espiados por los agentes del G-2 cubano, viven con unos ingresos menguados. Aparte de eso, los matan todos los días en las calles y el Gobierno no hace absolutamente nada. Uno no puede juzgar a los militares como un bloque a partir de una cierta cúpula militar de enchufados que se está beneficiando de la situación.
-Pero, un Golpe de Estado no agravaría mucho más la situación que tiene Venezuela?
-Yo rechazo de entrada cualquier golpe militar y creo en el diálogo precisamente.
-Los exmandatarios que conforman la Iniciativa Democrática para España y las Américas (IDEA), al igual que parlamentarios de Europa y de varios países, han mostrado su preocupación por la crisis que afecta a la población venezolana y han hecho exhortaciones al Ejecutivo nacional para que se le busque solución. Incluso, el Papa Francisco no sólo ha expresado sus mensajes, en especial en ocasiones muy importantes para la Iglesia católica, planteando precisamente las conversaciones entre las partes, sino que ya había dispuesto enviar al canciller del Vaticano a Caracas, para mediar en este enfrentamiento entre el régimen y la oposición, pero no se concretó esa visita. ¿Cómo ha visto estos intentos de la comunidad internacional y del propio pontífice y la reacción del Gobierno?
-Bueno, lo mismo que te dije al principio. Muy lamentable, porque no hay voluntad de diálogo.
A Maduro le conviene aislar el país
-La Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional entregó el informe sobre todos los aspectos que ameritan la aplicación de la Carta Democrática Interamericana, al secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, y este ha pedido, mediante un documento de 132 páginas, considerar tal posibilidad al Consejo Permanente del organismo. ¿Qué podría hacer la OEA si llegara a tener los votos suficientes para aplicar esa Carta?
-Yo no creo que eso sea conveniente para la oposición venezolana.
-¿Por qué?
-Porque eso lo que hace es aislar más al gobierno de Maduro. Y a Maduro lo que le interesen es que lo aíslen. Estilo cubano. No le interesa que vengan a Venezuela otros presidentes, expresidentes, dirigentes de otras partes. Que la comunidad internacional no esté presente. Mientras más se aisle a Venezuela, mejor para el régimen de Maduro.
-La posición de Maduro contra Almagro ha sido demasiada violenta, agresiva, descalificativa, insultante. ¿Busca de ese modo minimizar a la OEA y hacer ver que una sanción le importa poco?
– Lo que pasa es que en general los dirigentes revolucionarios son unos patanes y se comportan como patanes. Desprecian la tradición de respeto y de relaciones institucionales entre los presidentes y los gobiernos. La ruptura fue hecha por Hugo Chávez. Hugo Chávez introdujo en la política internacional un elemento de vileza, de canallada en el lenguaje, muy propio de lo que virtualmente era. Esa costumbre de insultar a los adversarios es típicamente de fidelistas y chavistas.
Maduro, seguidor de Fidel
-¿Cree que Maduro hace al pie de la letra lo que hacen en Cuba porque responde al modelo cubano la política estatista, la designación de funcionarios incapaces pero afines a lo que él llama la revolución y medidas inhumanas?
-Más de lo que hacen en Cuba, yo creo que él es un fiel seguidor de Fidel Castro. No de Raúl, porque Raúl tiene en ese sentido una política distinta. Creo que a él le inspira esa actitud de ir hacia adelante en su locura y no negociar con nadie, ni ver para los lados. Esa es una forma totalmente fidelista.
-La crisis originada por el Gobierno y que este dice que es consecuencia de una guerra económica, que nadie se lo cree, la sigue sustentando el Gobierno nacional. ¿Hasta cuándo podría mantener esa tesis?
-Tú mismo lo has dicho. Eso no lo cree nadie. Eso no se lo creen ni ellos mismos. Eso no tiene ningún peso. Eso es parte de un gobierno que ha degradado la palabra. Yo jamás he oído a Nicolás Maduro ni al hoy difunto Hugo Chávez decir algo que sea cierto. Todo lo que han dicho son canalladas y mentiras.
La presión que pone la gente es para sobrevivir
-Como consecuencia de la crisis que está sufriendo el país, se han producido una gran cantidad de muerte por falta de medicamentos. Incluso, se ha informado de neonatos, que se encontraban en incubadoras en una maternidad, y fallecieron a consecuencia de un apagón del servicio eléctrico. Pero, el suceso que más ha impactado a la sociedad es la muerte del niño Olíver Sánchez, de 8 años, que había salido a la calle frente a un pelotón de militares con una pancarta, pidiendo salud y paz. Al faltarle las medicinas que requería no pudo sobrevivir a su terrible mal. ¿Cuál es su impresión al respecto?
-La información que ha circulado es que hay más de 300 niños y neonatos muertos en los hospitales por carencia de medicinas. Lógicamente, la muerte del niño que padecía cáncer constituye un hecho intolerable. Este Gobierno incompetente, absurdo y además revolucionario, que es más o menos lo mismo, siempre lo que pagan los platos rotos son los más débiles: los ancianos y los niños.
-¿Qué ha impedido que la gente desesperada le ponga más presión al gobierno?
-La gente le pone toda la presión que puede a las colas porque si no, no come. Así tienen que entenderlo los dirigentes políticos. El 80 por ciento del tiempo lo dedica la gente a buscar alimentos y medicinas necesarios para sobrevivir. Las manifestaciones se producen a cada rato. Ahora, eso no tumba al gobierno como tal. Ningún gobierno se cae por eso. Un Gobierno autoritario como este se cae porque haya una fuerza que lo obligue a negociar.
Decretos para meter miedo
-¿Cómo ha visto ese decreto de Estado de Excepción considerando que el Gobierno podría hacer lo que le dé la gana, sin importarle violar bajo ese pretexto la Constitución?
-El Gobierno hace siempre lo que le da la gana en toda circunstancia. Desde que aquí se inauguró la revolución y la gente le entregó a Hugo Chávez la Constituyente y toda aquella cantidad de locuras que hizo en el país, siempre él y Maduro han hecho lo que les ha venido en ganas. Más ahora. Esas son cosas que el Gobierno utiliza para meter miedo. Porque al fin y al cabo, ni le va ni le viene. Hace lo que quiere contra la propiedad, contra la vida de la gente sin que se pueda hacer nada. Con o sin estado de excepción, con o sin estado de conmoción. Porque hasta ahora ha sido así.
-En el curso de las últimas semanas han venido ocurriendo saqueos, intentos de saqueos, ya una mujer murió a consecuencia de los perdigonazos recibidos en una acción de este tipo en el Táchira, y al mismo tiempo se han venido registrando protestas en las colas que se hacen para obtener los escasos productos que existen en el mercado. ¿Cuál es su impresión sobre esta situación que parece no tener fin y la gente se está desesperando porque ahora están siendo repartidas bolsas de comida, pero en forma discriminatoria?
-La gente está desesperada. Estuve leyendo una información de alguien que decía que se habían producido alrededor de 50 o 60 saqueos e intentos de saqueos el mes pasado. Todos los días ocurren hechos de esa naturaleza. Eso, realmente, no tiene nada que ver con política. Eso está ocurriendo porque la gente no consigue medicamentos ni comida y, por supuesto, entra en esa circunstancia. Esa situación va a seguir creciendo y el Gobierno va a seguir aplicando represión indiscriminada hasta que en un momento dado se produzca una quiebra en el aparato militar. Y entonces alguien diga: “se acabó esto”.