Palabra de Juan Páez Avila, voz de las entrañas de nuestro desierto mediterráneo que busca conectarse con las hogueras primigenias con las cuales Prometeo nos dio la sabiduría para subsistir sobre los ciclos evasivos del agua y vencer de esta manera la conciencia reptiliana que enjaula a la inteligencia entre las sombras de los instintos básicos.
Juan Páez Ávila nació campesino y entre las oquedades de silencios milenarios pobló su alma con la sabiduría de Chío Zubillaga y el canto de turpiales que anunciaban su destierro hacia las cumbres de las angustias literarias, donde el hombre es un dios que construye realidades y personajes sobre los cuales tiene dominio de vida y muerte y desde ese poderoso trono de ideas y sensaciones siempre en marejada se hace victima de su propia ansiedad frente a la nada.
Educador, periodista, político, maestro, escritor sabio y enjundioso, Juan Páez es una vida que los huracanes del humanismo han arrojado con fuerza hacia los extremos del compromiso social, manteniendo a todo trance su corazón atado a las promesas infantiles de caminar siempre al lado de la verdad aunque esta agobie en su pragmatismo y desgarre ilusiones y desangre los pies al pisar las piedras cortantes de la condición humana que tiene al Poder como estigma doloroso de la evolución y el progreso.
Juan es un héroe que aprendió a triunfar sobre las cercas y los quiebra patas que demarcan linderos con el salto ciclópeo de los grillos sagrados emisarios de la lluvia, por ello cuando la salud le tendió una emboscada para someterlo a un retiro senil, se colocó su yelmo de totumo montó sobre Platero y jinete manchego cruzó lanza de palabra fecunda contra los caballeros de la noche que buscaban acallar su voz de Melquiades iluminado.
En reconocimiento a su pasión tutelar por las vidas secas que deambulan el paisaje canicular que contiene los secretos de nuestras esperanzas bíblicas, el Pedagógico de Barquisimeto abrió una Cátedra Libre para ponerle residencia académica a la palabra milenaria del verano que Juan Páez enarbola como un trofeo obtenido en la guerra que mantiene contra el olvido de nuestras esencias.
Como fruto jugoso y nectarino de esta Cátedra nació la revista Carohana desde la cual se enaltecen valores permanentes y emergentes del mundo literario nacional y universal, constituyéndose en un oasis donde los intelectuales de Lara y Venezuela toda pueden encontrar refugio y mitigar los desconsuelos que han nacido de las horas menguadas que vive el país.
Juan Páez Ávila, palabra de tierra seca, palabra de solidaridad y amor para con la vida Comala que nos estruja y redime al mismo tiempo, palabra de Juan Páez, palabra de hombre sabio, palabra de mujer convertida en novela.
Leer a Juan Páez Ávila es una cita obligatoria para todos quienes quieran entender los laberintos donde construimos nuestras casas morales de soledad y secano, es también la mejor opción para descubrir las rutas ideológicas que llevaron a humanistas de izquierda a naufragar en un proyecto nacional que se inicio como un sueño y ha culminado en una pesadilla histórica colosal. Larga vida Juan. Dios contigo.