Desde el Puente
Carlos Oteyza merece nuestro reconocimiento. Una vez más demuestra su enorme talento cinematográfico con la excelente película sobre la época de Marcos Pérez Jiménez. Clara en lo conceptual y en lo político, es un aporte importante al desarrollo democrático de la sociedad venezolana. Es poco lo que se ha escrito y dicho sobre esa década. No es fácil sintetizar diez años de enorme progreso material acompañado por el miedo, la represión y el ahogo de derechos humanos fundamentales. No contiene insultos, ni desprecios contra nadie. Tampoco laudos aclamacionistas hacia sector alguno. Pero deja las cosas en su sitio. Una narrativa y testimonios impecables, de diversa índole y variados orígenes, acompañan este trabajo que no vacilo en recomendar.
Como integrante de una familia que sufrió la represión de la dictadura, confieso que mentalmente repasaba aquellos años en Maracaibo. Los viví entre los cinco y los quince años de edad. Conocimos temprano del acoso a nuestro hogar de la Seguridad Nacional, las rigurosas requisas del régimen militar, todas las semanas, para visitar a los presos políticos, lo duro de la incertidumbre con relación al presente y futuro familiar y personal. También aprendí a admirar y a respetar a aquel grupo de presos. Junto a mi tío Jesús Ángel Paz Galarraga, recientemente fallecido, casi todos dirigentes adecos de primera línea y unos pocos comunistas, daban testimonio diario de lealtad a sus convicciones democráticas. Inolvidables las jornadas del 23 y 24 de enero que marcaron el regreso a la libertad plena de aquellos seres tan queridos.
Ya en la etapa final de este régimen de pacotilla, tan represivo como aquel, pero mucho más mediocre y corrompido, sin obra material que no sea la destrucción de todo cuanto tocan, mi pensamiento también se concentra en los centenares de presos políticos recluidos y exilados con cargos inventados en este perverso proceso de criminalización penal de la disidencia política. Lo de Aponte Aponte sería suficiente para ahorrarnos explicaciones sobre lo que Venezuela entera conoce. Pero todo tiene su fin. Henrique Capriles ganará las elecciones por avalancha. Será la hora del cambio y de la justicia.