Cuba afirmó que Venezuela salió «victoriosa» de la «batalla diplomática» que libró en la OEA frente al «histérico, torpe y nada ético» intento de su secretario general, Luis Almagro, de intervenir en la crisis política en Caracas.
La cancillería cubana se refirió en esos términos, en un texto publicado este viernes, al debate celebrado el miércoles por la Organización de Estados Americanos (OEA), que se saldó con una declaración de apoyo al diálogo en Venezuela, sacudida por una lucha de poderes en medio de una severa crisis económica.
El organismo regional tomó distancia de la postura asumida por Almagro, quien convocó a una reunión de urgencia para abordar la situación en Venezuela invocando la Carta Democrática Interamericana, un mecanismo que prevé sanciones en casos de alteración o ruptura del orden democrático.
Separada de la OEA en 1962, Cuba -que rehúsa regresar a ese organismo pese a que ya fue readmitida- acogió la versión de su aliado venezolano de que el presidente Nicolás Maduro enfrenta un «plan injerencista del imperialismo y las oligarquías».
Asimismo, al arremeter contra Almagro, consideró que el secretario del organismo se atribuyó «prerrogativas que no tiene» y escribió un «calumnioso e injerencista» informe sobre Venezuela con ayuda «de elementos de la oposición golpista venezolana y de otros personajes reaccionarios de dudosa reputación».
El gobierno de Raúl Castro volvió a expresar su «pleno respaldo» a Venezuela y su idea de que la OEA es «un instrumento irreformable de dominación de Estados Unidos», al que jamás volverá a sumarse, según reiteró en su declaración.
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