El presidente Juan Manuel Santos viajará el viernes a una conflictiva región colombiana donde fueron secuestrados tres periodistas por la guerrilla Ejército de Liberación Nacional.
El mandatario encabezará en el municipio de Tibú, en el departamento de Norte de Santander y en el noreste del país, una reunión de seguridad con la cúpula militar, algunos de sus ministros y autoridades locales, explicó la oficina de prensa de la sede de gobierno.
En la jornada, diversos sectores periodísticos y políticos de Colombia exigieron la inmediata liberación de los tres reporteros luego de que el jueves el gobierno reveló que están en poder del ELN.
«Los periodistas no pueden seguir convertidos en un botín ni para la guerra ni para la paz. Los periodistas tienen que ejercer libremente esta actividad que es para la democracia», aseguró Adriana Hurtado, presidenta de la no gubernamental Federación Colombiana de Periodistas.
Según el Ejecutivo, el ELN tiene secuestrados a los periodistas Salud Hernández-Mora, Diego D’pablos y Carlos Melo.
La española Hernández-Mora desapareció el sábado en el municipio de El Tarra, en la región del Catatumbo y en la frontera con Venezuela, cuando realizaba una investigación periodística. En tanto, de D’pablos y Melo se perdió el rastro el lunes cuando averiguaban en la misma zona por la suerte de Hernández-Mora.
Hasta ahora el ELN no se ha pronunciado oficialmente sobre el caso.
A las voces por la liberación de los reporteros también se unió el máximo jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), alias «Timoleón Jiménez» o «Timochenko».
«Hoy es Salud Hernández, mañana cualquier colombiano. Esas prácticas deben terminar para siempre en Colombia. La paz impone su libertad», escribió en su cuenta de Twitter el comandante guerrillero, cuyo verdadero nombre es Rodrigo Londoño.
Desde fines de 2012 el gobierno de Santos y las FARC adelantan en Cuba un proceso de paz para tratar de poner fin a más de 50 años de hostilidades entre las partes.
De acuerdo con Hurtado, en la jornada habrá protestas en ocho ciudades colombianas «para exigir al gobierno que haya acciones verdaderas para la pronta liberación» de los periodistas.
En lo que va del año, dijo la activista a The Associated Press, ha habido 70 agresiones contra la prensa con 76 víctimas.
Para el senador Ernesto Macías, del opositor Centro Democrático, «es triste que el gobierno, cinco días después de los hechos, tenga que salir a reconocer que hay un secuestro cuando eso se dijo desde el primer día».
Macías hizo hincapié en diálogo con AP que el gobierno «no puede lavarse las manos» y decir que la responsabilidad respecto de los tres periodistas recae en el ELN porque «es el gobierno el que debe responder ya que es muy grave que por sus ojos le pasen a secuestrados».
En cambio el también senador Iván Cepeda, del izquierdista Polo Democrático Alternativo, opinó que «aquí se impone que cuanto antes haya una respuesta del ELN, un pronunciamiento, para saber si tiene a estas personas y ponerlas en libertad inmediatamente sanas y salvas».
Los hechos de los últimos días, dijo Cepeda a AP, también deben traducirse «en un alto al fuego y en un cese de hostilidades (con el ELN) como al que se ha llegado con las FARC» porque con esa tregua «no solamente secuestros sino muchas otras acciones (violentas) han dejado de cometerse».
El procurador general Alejandro Ordóñez, un crítico de las negociaciones con la guerrilla, sostuvo que el secuestro de los tres comunicadores es un atentado contra la libertad de prensa y en declaraciones a la emisora RCN dijo que teme que su liberación «se convierta en un sainete», es decir, que los liberen y «eso viene a considerarse como un gesto de buena voluntad para relanzar el proceso de negociación con el ELN».
D’pablos y Melo trabajan para el canal de televisión local RCN y Hernández-Mora es corresponsal en Colombia del diario El Mundo de España y colaboradora del periódico bogotano El Tiempo.
El hijo de D’pablos, Diego Andrés D’pablos, de 19 años, pidió al grupo alzado en armas «que se ponga la mano en el corazón que esto no es ningún juego, que ellos también tienen familia».