“Aquí no tenemos ni camino; tendremos que buscarlo por otra parte porque este gobierno no ha querido ayudarnos en nada, como si no fuéramos yaracuyanos, venezolanos”.
Con esas palabras expresó uno de los habitantes del caserío Torbellán, municipio Peña del estado Yaracuy, la insatisfacción de todas las familias allí residentes por la falta de atención de las autoridades municipales, regionales y nacionales a sus múltiples problemas.
La primera prueba de esa indiferencia está en la escuela, destruida hace más de cuatro años durante una crecida de la cercana quebrada, la cual nunca fue reconstruida.
“Nosotros hemos ido a todas partes a exigir la construcción de la nueva escuelita pero ninguna de las gestiones adelantadas en más de cuatro años ha dado resultados”, dijo por su parte Yenny Rojas, del consejo comunal Antero Silva, de Torbellán.
Refirió que han ido hasta el Ministerio de las Comunas y en una oportunidad manifestaron en la Alcaldía de Peña y la respuesta fue llamarlos desestabilizadores.
“Nosotros no somos desestabiliadores nada; somos madres y padres que vemos como se han olvidado de este pueblo, de nuestros hijos, que deben estudiar en locales inadecuados, hasta debajo de las matas”, agregó Rojas.
En la actualidad la escuelita, con una matrícula de cerca de 50 alumnos, no sólo de Torbellán sino también de otros caseríos como Los Colorados, San Vicente y Las Ánimas, funciona en una casa que un vecino prestó confiando en las promesas del alcalde y el gobernador de que “pronto haremos unanueva”.
María Ventura, otra vecina, dijo que el propietario de la vivienda ha exigido su desalojo ya que la necesita para su familia, lo cual indica que el nuevo año escolar tendrán que dar clases bajo una ceiba, en un terreno que ya limpió la comunidad.
Pero el único problema de Torbellán no es el de la escuela pues tampoco tienen una vía que les permita salir o regresar de Yaritagua.
Narcisa García, otra vecina, hizo un llamado, una vez más, al alcalde y al gobernador para que acondicionen el único camino de que disponen, que de paso queda cortado cuando llueve pues la quebrada Las Ánimas crece y nadie puede cruzarla.
A eso se agrega que las más de cien familias de esos caseríos al norte de Yaritagua no cuentan en la actualidad con servicio de transporte pues el único vehículo que lo hacía se accidentó, lógicamente por el mal estado de la vía y ahora deben caminar unos cuantos kilómetros.
Yenny Rojas recordó que en una oportunidad pidieron al alcalde Giovanny Parra les aportara los materiales para que la comunidad construya la escuela pero la respuesta fue, “no tenemos recursos”.
“Esa gente no está actuando como representante del pueblo porque a nosotros este gobierno no ha querido darnos nada bueno, ninguna obra, y si van a seguir así tendremos que buscar otro camino, y que no vengan por aquí a buscar los votos de nosotros porque no van a conseguir ninguno”, afirmó Narcisa García sin poder ocultar su decepción por la forma como han sido tratados los últimos años pues ni siquiera han tomado en cuenta que los principales afectados son los niños que no tienen una escuela .
Pedro Fernández, también preocupado por la situación en Torbellán, se unió a las familias en sus justas peticiones.
Advirtió que debido a la indiferencia oficial los habitantes de los caseríos señalados los están abandonando y mudándose a Yaritagua.
Fotos: Luis Salazar