La pívot hispano venezolana Ana María García siente orgullo por pertenecer a la selección de mayores de baloncesto femenino de Venezuela que jugará, a partir de este viernes 20, el Suramericano de Naciones 2016 en el Domo Bolivariano de Barquisimeto.
Su aporte es vital en la zona pintada para la toma de los rebotes y con su estatura brinda una ayuda apreciable en el esquema del coach larense Oscar Silva. Se incorporó a los entrenamientos durante la gira del equipo en España, tras no haber podido participar en las etapas previas de la preparación, incluidas paradas en Brasil y China.
“Esta selección cojea un poco por la estatura”, dijo al departamento de prensa de la Federación Venezolana de Baloncesto (FVB). “Mi trabajo debe ser fuerte, muy fuerte en defensa, pero también puedo ayudar en ofensiva. Yo tengo un buen tiro de media distancia y puedo abrir la cancha. Es un buen complemento porque puedo arrastrar la marca y así ayudar a mi equipo”.
Hija de padres españoles, se mudó a España a los tres años de edad. Su hermano Javier Román Maseda también jugó baloncesto profesional en la segunda y tercera división (LEB Oro y LEB Plata).
“Estoy súper orgullosa de vestir esta camiseta, de tener esta oportunidad de defender a Venezuela. Estoy feliz, es una suerte jugar en casa. Es mi primer Suramericano y eso me tiene contenta”, agregó antes de resaltar la “buena química” del grupo. “Se ha demostrado unión y hermandad. Eso es bueno para afrontar este torneo. Según el coach podemos llegar al podio. No es fácil pero debe ser así. Las cosas buenas no llegan por la vía fácil”.