Al menos 132 reos se escaparon el lunes de una prisión del norte de México, desatando un operativo de búsqueda por parte de la policía federal y efectivos castrenses en un área cercana a la frontera con Estados Unidos, informaron las autoridades mexicanas.
El procurador general de justicia de Coahuila Homero Ramos Gloria informó que 86 internos de la prisión del poblado de Piedras Negras estaban purgando sentencias o tenían juicios pendientes por delitos federales como tráfico de drogas. El resto estaba acusado de delitos del fuero común. Las autoridades estatales anunciaron la recompensa de hasta 15.000 dólares por información que lleve al arresto de cada prófugo.
Ramos informó que el director del penal y otros dos empleados fueron detenidos para ser investigados.
Las autoridades descubrieron un túnel de casi siete metros (siete yardas) de largo en la prisión que alberga a 800 internos. Las autoridades también encontraron sogas y cables de luz que posiblemente se utilizaron en la fuga, dijo Ramos.
«Los fugados utilizaron un túnel con orificio de entrada y salida de aproximadamente 1,20 metros de ancho (3,9 pies) con profundidad de 1,40 metros» (4,5 pies), indicó. «Cortaron una malla ciclónica para salir uno a uno y llegar a un predio baldío».
Ramos indicó que la policía investiga un tiroteo donde murieron cuatro personas horas antes de la fuga a 257 kilómetros (160 millas) al sur de Piedras Negras para determinar si alguna de las víctimas es uno de los fugitivos.
Unidades de la policía federal y convoyes del ejército mexicano fueron desplegados a las afueras de Piedras Negras, una ciudad fronteriza con Eagle Pass, Texas. Los visitantes fueron sacados de la prisión, pero permanecen afuera a la espera de noticias.
Coahuila ha registrado una ola de violencia relacionada con las luchas entre el cártel de Los Zetas y el del Sinaloa, aliados del ahora debilitado cártel del Golfo.
La semana pasada, el líder del cártel del Golfo Jorge Eduardo Costilla Sánchez fue arrestado, lo que hizo que expertos pronosticaran un aumento en la violencia en el norte del país debido a que Los Zetas intentan quedarse con el control.
Las autoridades coahuilenses no informaron qué grupo delictivo estuvo detrás de la fuga.
Otros estados mexicanos han informado en el pasado que no están preparados para hacerse cargo de prisioneros de alta peligrosidad encerrados por delitos federales.
En diciembre de 2010, 153 internos escaparon de una prisión en la ciudad norteña de Nuevo Laredo, fronteriza con Laredo, Texas. Las autoridades acusaron a 41 custodios de ayudar a los presidiarios. Los cárteles del a droga mexicanos frecuentemente tratan de sacar a sus integrantes de prisión realizando ataques o sobornando a las autoridades de los centros de reclusión.
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