Ante miles de seguidores, vestidos de rojo, en las afueras del Palacio de Miraflores, el Presidente Nicolás Maduro aseguró que la oposición fracasará en su objetivo de sacarlo del poder.
«Ninguna de las estrategias anunciadas o activadas por la derecha oligárquica y fascista tiene viabilidad política, ni va a lograr su objetivo de revocar o derrocar la revolución bolivariana», manifestó Maduro, elegido por seis años en abril de 2013 tras la muerte de su mentor Hugo Chávez.
La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que desde enero es amplia mayoría en el Parlamento, entregó el 3 de mayo 1,8 millones de firmas al organismo electoral para pedir la activación del referendo, aunque la ley exige poco menos de 200.000 (1% del padrón electoral). El lunes venció el plazo para que el CNE contabilizara ese mínimo.
Hasta ahora el ente electoral no se ha pronunciado sobre la revisión de las planillas, hecha con testigos de la oposición y el oficialismo. La oposición le exige continuar con el siguiente paso del proceso y convocar a los firmantes a validar sus rúbricas con la huella dactilar, lo cual debe hacerse en un lapso de cinco días.
Una vez que sean validadas esas firmas, la MUD deberá recolectar otras cuatro millones de rúbricas, en tres días, para que el referendo sea convocado. Para revocar a Maduro el «Sí» debería lograr más de los 7,5 millones de votos con los que fue elegido.
Jorge Rodríguez, expresidente del CNE y titular de la comisión veedora designada por Maduro, acusó el lunes a la oposición de cometer «fraude», pues según él «más del 11% de las planillas» que contienen las firmas «están incompletas».