Este lunes, aviones de combate sirios dispararon cohetes que impactaron en territorio libanés, una de las violaciones transfronterizas más graves desde que la guerra civil comenzó hace 18 meses en Siria, dijeron funcionarios de seguridad en Beirut y medios de comunicación libaneses.
Los funcionarios, que hablaron bajo condición de anonimato de acuerdo con las regulaciones internas, dijeron que cuatro proyectiles disparados por dos aviones sirios cayeron en una zona escarpada y remota en las afueras de la ciudad fronteriza libanesa de Arsal. No hubo reportes inmediatos de víctimas.
La estatal Agencia Nacional de Noticias de Líbano informó que los aviones dispararon tres misiles que cayeron en las afueras de Arsal, a unos 500 metros de la frontera entre los dos países.
«Escuché varias explosiones y vi cuatro nubes de polvo salir de la zona», dijo por teléfono el residente de Arsal Nayeh Izzedine, refiriéndose a la frontera. «No sé si fue un ataque aéreo, pero había un avión en el cielo».
Agregó que la ciudad estaba tranquila dos horas después del ataque, que ocurrió hacia las 10.00 horas.
Se cree que las fuerzas sirias estaban persiguiendo rebeldes en la zona, que ha sido escenario de enfrentamientos entre combatientes de la oposición y las tropas sirias justo al otro lado de la frontera.
Arsal es una ciudad musulmana predominantemente suní, como la mayoría de la oposición siria que trata de derrocar al presidente Bashar Assad. El mandatario pertenece a la secta minoritaria alauí, una rama del Islam chií.
Los cañonazos sirios han impactado territorio libanés anteriormente, pero el ataque aéreo parece ser la violación más grave. Muchos libaneses han muerto, entre ellos un periodista, y decenas han resultado heridos por el fuego que llega desde el lado sirio.
También este lunes, en el interior de Siria, las tropas bombardearon zonas rebeldes, incluyendo la norteña ciudad de Alepo, la más grande de Siria, y el barrio Hajar Aswad de Damasco, dijeron activistas. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos con sede en Gran Bretaña y los Comités de Coordinación Local informaron de enfrentamientos entre las tropas y los rebeldes.
En Ginebra, un panel independiente de la ONU confirmó que un número cada vez mayor de «elementos extranjeros», entre ellos yihadistas, están operando en Siria.
La comisión investigadora, designada por el Consejo de Derechos Humanos, dijo que algunas de estas fuerzas se están uniendo a grupos armados contra el gobierno, mientras que otras están operando por su cuenta.
«Estos elementos tienden a empujar a los combatientes contra el gobierno hacia posiciones más radicales», dijo a diplomáticos el jefe del panel, el diplomático y profesor brasileño Paulo Sergio Pinheiro.
El levantamiento sirio, que comenzó con protestas mayoritariamente pacíficas, se ha convertido en una insurgencia armada. Cientos de personas mueren cada semana mientras el gobierno se apoya cada vez más en la fuerza aérea para intentar aplastar a los rebeldes.
Los activistas dicen que más de 23.000 personas han sido asesinadas.
El panel de la ONU también acusó a las fuerzas gubernamentales y los milicianos a favor del régimen conocidos como «Shabiha» de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, incluyendo asesinatos, ejecuciones sumarias, tortura, detenciones arbitrarias, violencia sexual y el abuso de niños. También acusó a grupos antigubernamentales armados de crímenes de guerra, incluidos asesinatos, ejecuciones extrajudiciales y tortura.
En un informe divulgado el lunes, Human Rights Watch documentó más de una decena de ejecuciones extrajudiciales y sumarias por parte de las fuerzas opositoras.
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