Jean-Claude Mas, el fundador de la empresa PIP, cuyas prótesis mamarias eran fabricadas ignorando las normas sanitarias, fue condenado este lunes a 4 años de prisión por el tribunal de apelación de Aix-en-Provence (sur de Francia).
El tribunal confirmó el fallo de primera instancia y declaró nuevamente a Mas, de 76 años de edad, culpable de fraude agravado y de estafa con respecto a la firma de control alemana TÜV, a la que engaño durante años sobre la composición del gel que utilizaba para las prótesis.
Mas deberá pagar además una multa de 75.000 euros y le está definitivamente prohibido ejercer cargo alguno en el dominio de la salud, así como administrar empresas. El recorrido judicial de Mas no termina con este fallo, ya que sigue estando inculpado en el marco de otras dos causas, una por homicidio y heridas involuntarias y otra relativa a los aspectos financieros del caso.
El tribunal confirmó asimismo la culpabilidad de cuatro ex ejecutivos de la firma, condenados a penas de hasta tres años de prisión.
América Latina, importante cliente de PIP
Las prótesis de PIP eran fabricadas en Francia con el gel no homologado para uso médico, pero el 84% de la producción era exportada.
Decenas de miles de prótesis fraudulentas fueron vendidas en el mundo, muchas de ellas en América Latina.
En Argentina, por ejemplo, unas 300 afectadas presentaron una demanda colectiva por 54 millones de dólares en 2013, aunque luego la justicia francesa estimó que la póliza de seguros de PIP sólo cubría a las ciudadanas francesas.
En Venezuela, la Alianza de Usuarios y Consumidores (Anauco) anunció hace casi dos años que unas 4.000 venezolanas usuarias de prótesis de esta marca francesa también preveían realizar una querella colectiva.
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