Yo soy implacable ante la corrupción, declaró Henrique Capriles Randonski, candidato presidencial de la Unidad Democrática, cuando se le interroga sobre los comentarios formulados por gente del Gobierno que se muestran extrañados porque no le dio tiempo al diputado Juan Carlos Caldera de defenderse y lo separó de su campaña electoral.
Estoy en contra de los vicios del pasado y los del presente, añadió. Quien se reúne con un individuo vinculado a la corrupción de este gobierno no va a tener de mí una respuesta distinta a la que yo le di al país.
Para mí la política es vertical y mis actuaciones siempre han sido transparentes, sin medias tintas, prosiguió. “Entonces, ¿qué le frustra al Gobierno y a su candidato? Que si él hiciera lo que yo hice, se quedaría sin ministros. Si él apartara a cada una de las personas que están vinculadas a hechos de corrupción, se queda solo”.
¿Qué piensa usted de la Asamblea Nacional que ahora investigará a Caldera y negó la investigación de la tragedia de Amuay, donde hubo más de 40 muertes e inmensas pérdidas económicas?
Ni siquiera se preocupó del caso de Pdval, que fueron miles de toneladas de comida. Eso es parte del tiempo que estamos viviendo.
Capriles Radonski, quien vino a Barquisimeto y estuvo en la celebración de los 460 años, dialogó en exclusiva con el diario EL IMPULSO.
Después de haber recorrido ciudades y pueblos del país, ¿se siente cansado?
Nada de eso; extraordinariamente bien.
¿De dónda saca tanta fuerza?
Me la da el pueblo, me la dan todos los sitios que voy visitando.
¿Con cuántas personas ha tenido contacto?
Esa es una cifra difícil de calcular. Ha sido impresionante. Nunca imaginé que nosotros íbamos a despertar los pueblos como ha ocurrido. Porque hasta el pueblito más pequeño adonde hemos ido, allí está la gente en la calle. Y, naturalmente, en las poblaciones grandes, muchas más personas.
¿Qué piensa estar despertando en la gente?
Los venezolanos en su inmensa mayoría están buscando un camino de esperanza y esa es la impresión que yo recogo en toda Venezuela.
¿Qué tipo de reacción tiene cuando visita un pueblo o un municipio que ha sido identificado como territorio chavista?
Yo no creo en esas cosas. El pueblo es el pueblo. Nunca he trabajado con esa visión. El territorio es del pueblo que lo habita; no de un partido político. Tampoco estaría de acuerdo si alguien dijera que hay un territorio caprilista o de otro partido político. La Venezuela que tenemos que construir -y desde el primer día que llegué al poder hay que marcar- es que este es el país de todos y para todos. No es mi intención construir un proyecto personalista. Siempre lo digo en mis intervenciones: aquí se trata de solucionar los problemas que vives todos los días. Son muchísimos los problemas de los servicios públicos.
Ahora que habla de servicios públicos, ¿es cierto que hay suficiente agua en el país y lo que existe es un problema de derroche?
Eso no es así, sino una combinación de varias cosas: falta de mantenimiento en las instalaciones, muchas de las cuales no funcionan; pero, también falta de inversión u obras que no se ejecutaron y allí están los resultados. El país no puede satisfacer sus demandas con la misma infraestructura de hace cincuenta años.
En ese orden de ideas, ¿cómo piensa usted resolver los problemas no sólo de agua, sino también de electricidad y acabar, por ejemplo, con los apagones?
Todas las obras que el Gobierno ofreció, no las ha entregado. Además, el mantenimiento que se debía hacer, no está al día. Yo tomo la palabra de los equipos que tenemos en cada una de las áreas, cuyo interés es técinco, por cuanto se ocupan de evaluar cada situación, elaboran el diagnóstico y proponen una solución. A este gobierno lo que le interesa es consolidar una revolución y llevarla a otros países, donde quiere solucionar sus problemas. Si el gobierno se ocupa de la política partidista todos los días; ¿quién se ocupa de gerenciar? Por eso es que se han agravado los problemas.
En cuanto a la gasolina, ¿usted haría una consulta si se decidiera aumentarle el precio?
No está planteado el aumento. Y de plantearse, tendría que ser motivo de un gran debate del país, una vez que recuperemos el poder adquisitivo del venezolano. Si la persona tiene un salario mínimo que no cubre la canasta alimentaria, ¿cómo se puede pensar en un aumento de la gasolina? Uno de los pocos beneficios que tenemos es tener una gasolina barata.
¿No está abarcando demasiado con sus ofertas electorales?
Yo he precisado que enfrentaré cinco áreas fundamentales: educación, salud, vivienda y estas dos que son las prioritarias, porque son las que transforman la vida de todos los venezolanos: seguridad y empleo. Porque para tú poder tener seguridad necesitas también desarrollar la economía del país.
La campaña ha permitido hacer asambleas populares, donde pudimos levantar 22 mil obras comunitarias. No quiere decir que las vamos a hacer todas en los primeros cien días, sino que arrancarán. Eso significa que habrá empleos.
¿Qué hará si caen los precios del petróleo?
Por eso es necesario diversificar la economía. A pesar de que es impredecible, nada indica que los precios del petróleo caerán el próximo año. Pero, si ocurriese, sería un descalabro para nuestro país. Se afectaría la inversión social y también la adquisición de alimentos, porque estamos importando el 80 por ciento de lo que consumimos. Al arrancar el Gobierno hay que atraer inversiones y seguro que van a venir. También es preciso incorporar al sector privado, porque no todo lo puede hacer el gobierno. ¿Cuántos venezolanos se encuentran fuera del país como consecuencia de este modelo fracasado? Tenemos que invertir en la producción de alimentos, desarrollar la industria, el turismo, salvar las empresas básicas y, en fin, diversificar la economía.
¿Qué hará con la deuda con China y otros países?
Todos los países se endeudan. Cuando no hay confianza en un país, su endeudamiento es muy costoso. Si atraemos inversión bajará el costo del endeudamiento.
¿Qué piensa cuando el Gobierno le atribuye a usted tener guardado un paquetazo?
Parte de la guerra sucia, la cual arranca de la frustración que tiene el candidato del Gobierno quien quería enfrentarse en el proceso electoral a un líder del pasado. Yo soy un líder de la nueva política; electo en un proceso abierto. Como no puede sentarse a debatir sobre la paz planetaria frente a quien ofrece la paz a los venezolanos, entonces, apela a los insultos, a las amenazas, a la intimidación. Yo le digo a los venezolanos: el 7 de octubre hay que vencer el miedo. Por primera vez en los últimos años hay una clara opción de triunfo.
Gobierno para el pueblo
Capriles Radonski dice haber leído varias veces la oferta electoral del presidente Chávez en su aspiración de seguir en el poder.
Desglosa el programa oficial, que está siendo distribuido en todo el país: “Preservar y salvar la especie humana, contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual tome cuerpo un mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz”.
Ahora pregunto: ¿Quién le garantiza la paz y la tranquilidad a la población de Barquisimeto? No hay sintonía entre lo que el Gobierno quiere, como es profundizar su revolución, y lo que los venezolanos vivimos día a día.
El Gobierno llegó con buenas intenciones, en el 2003 puso en práctica las misiones, pero luego torció el rumbo y agarró para otro lado.
Su programa no tiene nada que ver con las necesidades de la gente.
Yo propongo, en cambio, un Gobierno que invierta los recursos del petróleo en el país para desarrollar, por ejemplo, aquí en Lara, las tierras donde se pueden producir alimentos.
Regalos a otros países
No se puede regalar el petróleo, ni tampoco los recursos económicos que recibimos por concepto de la venta del crudo a ningún país, sostiene Capriles Randoski.
El gobierno no sólo está generando empleos en otras partes con la importación de alimentos, sino que entrega dinero que no le pertenece y el cual requiere la población venezolana para resolver sus problemas, porque Venezuela ha venido creciendo y ha habido descuido en atender el mantenimiento y la inversión de los servicios indispensables.
Sin embargo, alegremente, todos los años, desde que se viene hablando de una revolución, se van 7.000 millones de dólares al exterior en forma de regalos, expone. Es una cifra enorme.
Eso tiene como finalidad promocionar la llamada revolución del socialismo del siglo 21 del actual Presidente de la República y candidato a la reelección.
Fotos: Archivo
