Cada usuario de transporte público cuenta su propia historia sobre la travesía, nada fácil, que obligatoriamente debe emprender camino a su casa, luego de un agitado y estresante día de trabajo.
Lo antes dicho no ha sido ni es parte de un secreto, pues a la vista de cualquier transeúnte están las calamidades que llevan consigo abordar un transporte público en la ciudad de Barquisimeto, sin embargo, pareciera que en la medida en la cual la crisis económica avanza, movilizarse se hace cada vez más duro ante la viveza criolla para la cobranza del pasaje, más aún dado el reciente aumento de la gasolina.
Son diversas las variables que son tomadas en cuenta por los usuarios para decidir a diario cuál será la mejor forma de llegar a sus hogares. En este momento el medio más popular es el sistema de Transporte Masivo Transbarca, cuyas paradas desde la Redoma del Sol en la avenida Libertador y por toda la avenida Venezuela lucen a reventar en especial cuando llegan las 5:00 de la tarde.
Un monitoreo realizó el equipo de El IMPULSO en plena hora pico a final de la tarde por la parada ubicada en la avenida Andrés Bello, frente al Hospital Pediátrico Agustín Zubillaga, justo donde se aglomera una importante cantidad de pasajeros que van hacia el norte de la ciudad.
Allí fueron múltiples las quejas expuestas en medio de las enormes colas, haciendo evidente la necesidad de mayor cantidad de unidades para abastecer la demanda, pues a razón de ello reina la anarquía. La mayoría de usuarios desconocen cuánto les pedirán cada vez que intentan abordar una unidad de transporte, así lo hicieron saber varias personas que no quisieron revelar su identidad.
María Mujica, no titubeó al señalar el calvario que le corresponde a diario en la mencionada parada cuando “todos los rutas pasan full y pasa hasta dos horas y más esperando abordar un carro que la lleve a su casa especialmente un Transbarca”.
Un aspecto dramático para ella y un golpe cotidiano a su bolsillo lo constituye la manera en cómo se aprovechan de la necesidad de traslado de los usuarios para cobrar tarifas fuera de lo establecido, desde los 50 bolívares hasta Bs. 140 argumentando la situación del país, falta de repuestos para los vehículos o simplemente ante la gran demanda y poca oferta, impera la viveza.
Acotó Mujica que esta situación se ha vuelto costumbre porque se registra incluso antes de haberse decretado el aumento de la gasolina.
Aunado a ello, no deja de recordar que el servicio en ninguna de las rutas es óptimo, por el contrario, es habitual ir de pie dentro de la unidad y aún así tienen que cancelar el pasaje al mismo precio que las personas que van sentadas.
Todo esto sin contar que los llamados “charleros” se han convertido en parte del recorrido y en muchos casos “no se salvan de un atraco especialmente cuando atraviesan por el sector San Jacinto, sin importar que a quienes roban son personas humildes y trabajadoras”.
Los llamados piratas pueden cobrar hasta 150 bolívares y se ven circulando desde las 3:00 de la tarde convirtiéndose en un mal necesario, comentan los pasajeros.
Las “deseadas” unidades de Transbarca por tener más seguridad y una tarifa solidaria de 10 bolívares se hacen insuficientes.
Una señora quien no quiso identificarse, denunció que en la misma parada, tres chequeadores que son las personas que hacen el llamado de las rutas “hacen de las suyas y son quienes colocan los precios, repartiéndose por mitad la ganancia”.
En la parada ubicada en la avenida Vargas al lado del instituto Antonio José de Sucre, durante el día (hasta las 7:00 p.m. por la inseguridad) están apostados mototaxistas a la orden de clientes que pagan hasta Bs. 100 por carrera corta y hasta 300 para El Jebe.
Comentan que el día malo hacen Bs. 4.000 pero aseguran ser una solución para los pasajeros especialmente en hora pico.
No menos traumática es la cola que deben hacer los pasajeros en la parada de Transbarca de la avenida Venezuela con Vargas. Ligia Ballesteros se dirigía a la Villa Crepuscular y contó que desde hace año y medio aborda esta unidad a diario porque va directo y es mucho más seguro.
Además de esto las personas tienen la posibilidad de subir por orden de llegada. En total Ballesteros dice tardar a diario cerca de dos horas, desde el momento en que llega a la parada, hasta su llegada a la casa. Lo menos que puede tardar esperando abordar la unidad es 45 minutos.
El precio de Bs. 15 del pasaje le parece bastante conveniente respecto a “la especulación” que significa tomar una ruta de transporte convencional.
Por último consideró que le parece más ventajoso utilizar el Transbarca debido a que muchas de las rutas convencionales cobran tomando como referencia la hora en la cual se bajan de la unidad y no la hora en la cual se suben.