Para recordar: “Y Jesús recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas… Su fama se extendió por toda Siria. Y le trajeron todos los que se sentían mal, los afligidos de diversas enfermedades…” (Mateo 4: 23, 24).
El día 10 de abril escuchamos una entrevista televisiva, que le hiciera el periodista Ismael Cala a su colega Jorge Ramos, presentador de Univisión y escritor de unos 12 libros. Y el más reciente se titula: “Sin miedo: Lecciones de Rebeldes”. Dicho periodista dijo: “Nos toca enfrentar a los que están en el poder, para decirles o preguntarles, algunas cosas que no le gustan…”
Es una realidad: Venezuela enfrenta una terrible crisis, en todos los aspectos, de estos últimos 17 años. Y por ello, consideramos como lamentable que los gobernantes no estén dispuestos a aceptar la triste situación a la que se dejó llegar a nuestro país.
Hace más de un año, se generó el siguiente titular: “La Sociedad venezolana de Salud Pública aseguró que Venezuela vive una crisis humanitaria de salud” (elimpulso.com, 07/01/15). Hasta hoy, el sector gubernamental no acepta la palabra crisis, tal vez por “evitar” la ayuda internacional, o tal vez, por no quedar mal ante el evaluado país. Pese a todo obstáculo, el 05 de abril, en curso, la AN aprobó en primera discusión, la Ley para declarar la crisis humanitaria en el sector salud.
Dado el verso inicial, los fariseos se sintieron molestos, porque a ellos no les gustó que Jesús estuviera ganando fama: Sanando, enseñando y perdonando; ya que ellos había puestos pesadas “cargas” a las personas; hicieron un comercio para la sanación y el perdón de los pecados del pueblo judío y como no creían en el Hijo de Dios, tampoco ayudaban a que los pobres tuvieran acceso a la sanidad que venía de Jesucristo.
Manteniendo la idea central, el día 26 de enero de 2016, el diputado Víctor Clark, del GPP, se solidarizó con el “…Richard Medina y Jhon Pérez, quienes dieron testimonios de familiares fallecidos por falta de medicinas… (hoyvenezuela.info).
Junto con este testimonio y otros recientemente descritos, nos hace decir: No debería morir una sola persona más por ausencia de medicamentos; hechos comprobables y refrendados por diferentes investigadores, diputados, médicos, farmaceutas, quienes además sostienen que hay una escasez de un 85% de fármacos.
Justo el día 06 de abril de 2016, ocurrió el triste y lamentable fallecimiento de un amigo, el joven comerciante Yirven Rafael Vargas Sira, quien estaba buscando los caminos de Cristo. Y como en los casos anteriores, ¿sería que no encontró la medicina que debía ingerir? ¿Quién, hoy en día, no necesita un medicamento e insumos? Bien para la tensión, circulación, infecciones, cirugías, estrés, atención hospitalaria, entre otras.
Así como existen personas negando que existe una crisis, Elena de White, autora de más de 40 libros, señaló: “La crisis del mundo” radica en no ver a Cristo como nuestro Salvador; quien debería ser levantado y predicado para la salvación de la humanidad” (Deseado de todas la Gentes, p. 579).
Por lo expuesto, deseamos que otros países nos pudieran auxiliar con medicinas para todos. Pero más que un medicamento, necesitamos aceptar a Jesús como el único redentor, quien ante crisis como la nuestra, nos puede ayudar, sanar (si es su voluntad), sostener y lo más importante: Nos puede salvar.
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