No hay nada como ver a tu paciente salir feliz y con sus inquietudes resueltas de la consulta, en mi caso los planes de alimentación llegan dos o tres días luego de esa “primera cita”, esa donde como nutricionistas tenemos la misión de enamorar al paciente de un estilo de vida saludable y que asimile que no por ser sano va a ser tedioso o restrictivo, de manera que esa emoción contagiada durante esos 30-40 min mágicos se multiplique a lo largo del cumplimiento del plan otorgando resultados positivos en la salud integral de las personas que ponen su salud en nuestras manos.
Un plan de alimentación restrictivo es aquel que limita o excluye la cantidad de energía a consumir o algún grupo de alimentos o nutrientes (proteínas, carbohidratos, lácteos o grasas), pero realmente ¿son efectivas?… La verdad no, o al menos desde mi perspectiva y aquí van las razones por las cuales no son una opción dentro de los planes de alimentación de NutriMaru.
1. Insostenibles en el tiempo: Nadie puede pasar toda la vida excluyendo un nutriente de su alimentación, y de nada sirve hacerlo por un tiempo si al final lo vas a retomar.
2. Pérdida de masa muscular: por el bajo consumo de calorías y de carbohidratos existe una pérdida nada saludable de masa muscular, que conlleva a debilidad, fatiga, sueño y flacidez.
3. Déficit de nutrientes: al disminuir el consumo de grupos de alimentos, dejamos de consumir las vitaminas y minerales propias del mismo generando déficit en nuestro organismo de nutrientes que no es capaz de obtener por su cuenta.
4. Monótonas: Nadie quiere comer pollo y brócoli todos los días. No queremos hacer una dieta para cumplir una meta, deseamos cambiar nuestros hábitos por unos más saludables de manera sostenida.
5. Bajo consumo de fibra: Por la restricción calórica y limitación de carbos, no llegamos a consumir una cantidad adecuada de fibra lo que genera estreñimiento y distensión abdominal.
6. Desbalance Hormonal: Cuando le damos a nuestro organismo menos calorías de las que necesita para subsistir, terminamos llevándolo a una especie de proceso de hibernación donde no reconoce si es un estado sostenido por elección o por necesidad y se adecua a no usar las grasas como fuente de energía y usa otras fuentes entre ellas el musculo para obtener energía y hace que cuando volvamos a retomar nuestros hábitos alimentarios recuperemos hasta más grasa de la que teníamos antes de la pérdida de peso.
Luego de analizar estas razones, es fácil entender el por qué muchas de estas mal llamadas dietas fracasan a menos de un mes de ser iniciadas. Lo mejor que puedes hacer es educar al paciente en cuanto a las porciones saludables y frecuencia adecuada de consumo de alimentos sin excluir algún grupo o nutriente de manera definitiva.
Lic. María Eugenia Menechey CNV: 4225 SACS: 4270