La acción del campo gravitacional se puede observar en el área gaseosa de la atmósfera de la Tierra. Como se sabe, la atmósfera es el área externa que cubre todo el entorno de las áreas sólido-líquida de nuestro planeta. Es en ella donde podemos observar el efecto de movimiento que produce en los objetos la gravitación. El estado de la materia parece determinar la orientación en el movimiento de los objetos que se sitúan en la atmósfera.
Newton observó la caída de la manzana y fue suficiente para que se le ocurriera la teoría de la caída de los cuerpos. Einstein soltó sin impulsarla una piedra desde la ventanilla de un vagón de un tren en marcha, para demostrar que no existe una trayectoria definida en la caída. Nadie le ha encontrado la razón de por qué cae la lluvia. Somos testigos todos de que el agua en estado gaseoso asciende. Partimos de los estados del agua para proponer la movilidad de los objetos. En estado sólida (hielo)y en estado líquida (lluvia) descienden; en estado gaseosa, asciende. El humo, resultado de la incineración, como estado gaseoso, también asciende.
En tal sentido, todos estos movimientos de la materia observables en el área de la atmósfera de la Tierra, deben obedecer a una específica finalidad. Las áreas sólida-líquidas de la Tierra están por debajo de la atmósfera; el estado de condensación del agua en estado gaseoso se sitúa en una región superior de la atmósfera. Resulta sensato admitir que el agua en estado gaseoso, para su condensación, deba ascender hasta esa región. Deducimos entonces que los estados físicos de la materia de los objetos, en su movilidad se conducen hacia las áreas del planeta donde el estado físico de la materia es para ellos iguales.
De modo que la manzana de Newton y la piedra de Einstein, como la nieve (agua en estado sólido) y la lluvia todos corresponden a las áreas sólida-líquida del planeta; razón por la cual orientan su movimiento descendente justamente hacia ellas.
Si el lugar de la condensación se encuentra en la región superior de la atmósfera, nada más justo entonces que, el vapor de agua, agua en estado gaseosa y el humo, masa gaseosa, resultado de la incineración deban ascender.
La finalidad específica de esos movimientos hacia el área que les corresponde según el estado de la masa es, sin duda, justificable. Esta apreciación resulta mucho más aceptable que cualquiera otra que considere parcialmente la situación del movimiento de esos cuerpos. Estas observaciones constituyen una teoría del movimiento de los objetos en el campo gravitatorio de la Tierra.
