Para nadie es un secreto la precaria situación por la que pasa la salud del país, en donde cada día los afectados deben luchar para conseguir los medicamentos necesarios para su recuperación y estabilidad.
Sin embargo, se presentan los casos de las personas que se encuentran hospitalizadas, cuyos familiares deben hacerse cargo de cualquier requerimiento que se les haga, especialmente si están internos en un centro público, como lo es Hospital Central Universitario Antonio María Pineda (Hcuamp).
Esa es la realidad que agobia a Abilio Torres, cuyo hermano se mantiene desde el miércoles en el Hcuamp luego de sufrir un accidente cerebro vascular hemorrágico. Desde ese día Torres se ha visto en la obligación de ausentarse de su trabajo y de destinar gran cantidad de dinero para el cuidado de su familiar.
Afuera de la emergencia de dicho centro de salud debe mantenerse Torres, esperando recibir algún llamado que le permita ver a su hermano o que el médico le pase otra lista de exámenes o insumos que debe comprar.
Las noches en el lugar se hacen eternas. La “guardia” la turna con otros familiares, pero cuando le toca quedarse es poco o nada lo que duerme. Al preguntársele sobre lo peor de permanecer a la intemperie aseguró que es la inseguridad. “El trayecto de aquí (afuera de emergencia) hacia la clínica que queda allá (al otro extremo del hospital) es bastante peligroso; de hecho en estos días robaron adentro, en el segundo piso”, aseguró Torres.
Continuó relatando su vivencia mencionando el gran gasto que significa mantenerse al cuidado de su hermano. No se trata solamente de las medinas y exámenes, las cuales de por sí representan un alto costo, también implica el traslado cada día y la comida que debe costear durante su permanencia en el hospital.
“Más de 30 mil bolívares hemos gastado desde el miércoles. Toda la familia aporta y si llegamos a necesitar más dinero tendríamos que comenzar a vender cosas que ya no usamos para seguir cubriendo los gastos”, expresó.
La grave escasez de medicamentos permanece, siendo “lo peor de tener a un familiar enfermo”. Por toda Venezuela deben tener contactos para lograr conseguir los remedios que le piden a su hermano, lo cual genera otro derreche de dinero.
El descanso no existe para estas personas. Algunas pueden tener la oportunidad de dirigirse a sus hogares para dormir, sin embargo se van tarde en la noche y llegan temprano en la mañana. Pero “uno hace lo que sea por su familia”, fue la frase que usó Torres para explicar lo que significa durar días, semanas y hasta meses en condiciones como en las que se mantienen para estar pendiente de su ser querido.
Si bien el Hcuamp cuenta con una sala de espera a pocos pasos, los usuarios poco la usan. En el lugar les realizan los llamados por altavoz para dar a conocer el estado del paciente.
Explicaron que solo existe una pantalla la cual no es visible para todos y aunque no sea muy cómodo, es preferible mantenerse atentos a cualquier solicitud que se les haga.
“La gente duerme como perros”, dijo Yenny Peña, quien tiene a su madre hospitalizada desde hace semanas en el recinto. La misma hizo un llamado de atención, pues aseguró que un hospital de tal importancia debería contar con áreas adecuadas para la estadía de familiares, destacando el hecho del mal estado de los sanitarios.
A simple vista se logra observar las decenas de personas que permanecen diariamente postradas en Hcuamp, muchas de estas con niños pequeños; lo que da una idea de la incómoda situación que significa tener a un ser querido enfermo, más allá de los medicamentos.