Luego el mensaje del papa Francisco a los misioneros de la misericordia a nivel mundial: “Ser misionero de la misericordia es una responsabilidad que les es confiada a ustedes, porque se les pide ser en primera persona testimonio de la cercanía de Dios y de su modo de amar”, seis jóvenes pertenecientes al Centro Juvenil Domingo Savio de Duaca se destinaron a misionar en el estado Amazonas para transmitir este legado a las comunidades indígenas al estilo salesiano, bajo el lema: “Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzaran misericordia”.
Isla Ratón del municipio Autana, estado Amazonas, fue el lugar de encuentro para los misioneros de diferentes partes del país (Caracas, Los Teques, Mérida, Valencia, Lara…) donde pernoctaron y recibieron la bendición de envío el Domingo de Ramos. Luego unos 60 misioneros partieron a 8 comunidades entre ellas Santa Teresita, Caño Gruña, Coromoto, Mavaca y Pendare, esta última fue la comunidad destinada para el grupo de Lara conformado por José Salas y Miguel Martínez estudiantes universitarios, la psicólogo Ana De Abreu y tres funcionarios de la Gobernación de Lara, el profesor Marcos Leal, la periodista María Rossana Méndez y el publicista/reportero gráfico Daniel Blanco.
La comunidad de Pendare ubicada a orillas del Río Sipapo está habitada por al menos 400 personas pertenecientes a la étnia Piaroa, representadas en 109 familias. Una de ellas, la familia Bossio Casuri, recibió en su hogar a los misioneros de Lara brindándoles calor de hogar. Dicha familia es bilingüe, dominan la lengua Piaroa y la española. La señora María Bossio se destinó como misionera también, pues ella acompañó durante todas las actividades a los misioneros con el fin de traducir a la comunidad el mensaje que llevaban. Fue puente de diálogo con niños, jóvenes y adultos piaroas.
La Jornada Misionera de lunes a jueves constó de mañanas recreativas, formativas y deportivas donde se les instruyó acerca de los valores, se les habló de la misericordia y se les describió el significado de la Semana Santa que narra la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Las tardes eran destinadas a las visitas casa por casa para bendecir hogares, visitar enfermos y pregonar la palabra de Dios, finalizadas las visitas se efectuaba el vía crucis.
El mañoco (yuca tostada) es uno de los alimentos fabricados por los indígenas al que agregan como aderezo a todas sus comidas, así como el casabe y el catara, todos extraídos de la yuca. Frutos autóctonos de Autana como el ceje, copoazu y pijiguao fueron sustento de los misioneros, al igual la popular bebida “yukuta” compuesta por agua y mañoco.
Parte de la misión fue compartir la cultura larense, por eso a través de tabletas y teléfonos se dio a conocer mediante videos y fotografías la belleza de Lara, mostrando los principales monumentos como la Flor de Venezuela, El Obelisco, Monumento al Sol y el Monumento a María Divina Pastora, asimismo la procesión mariana regional que es la más emblemática del país. María Rossana Méndez mostró en su libro Enfoque los atractivos del Zoo Bararida, asimismo inculcó valores de conciencia ecológica y la conservación de las especies animales.
Con ayuda de la Gobernación del estado Lara, la Jornada Misionera fue beneficiada a través del Instituto de la Juventud con efectivo, la Fundación Solidaridad con gorras y franelas, asimismo varios funcionarios colaboraron con bolsas de comida y algunos dulces, dejando una huella en el estado Amazonas.
La experiencia de los misioneros fue interesante, desde dormir en chinchorros hasta lavar en el río, sin cocina, ni nevera, ni baño o luz; pero es la lección de vida más profunda que vivieron, pues la experiencia demuestra que no son necesarias las comodidades o los lujos para vivir felices. La comunidad de Pendare pese a sus muchas necesidades está llena de gente trabajadora, luchadora, alegre y humilde.
Los niños, niñas y jóvenes en su mayoría descalzos y a pesadumbres vestidos jugaban felices disfrutando cada actividad al máximo, esos pequeños y adolescentes junto a sus padres se dedican a la siembra y la cosecha; en general tienden a ser de baja estatura por el peso que cargan a diario.
El pan de cada día que básicamente es la pesca, el mañoco y el casabe, se consigue con el esfuerzo de todos los miembros de la familia, lo que hace que valoren lo que tienen y consiguen por mucho o poco que esta pueda ser. Los adultos mayores se dedican al arte de tejer con paja construyendo cestas, abanicos, manteles, entre otros.
