Si algunas comunidades están más amenazadas por la quebrada La Ruezga, cuando se aproxima la temporada de invierno, son las ubicadas a todo lo largo de la parroquia Unión, al norte de Barquisimeto, donde el canal ha sido convertido en extensos basureros por los mismos vecinos que le lanzan todo tipo de desperdicios.
Comenzando con El Carmen, Los Ruices, barrio Unión, La Peña, Nuevo Barrio, El Trompillo, Los Luises, San José, La Pastora y Los Rosales, además de otros sectores pequeños, son muchos los núcleos residenciales ubicados en las inmediaciones del canal donde esperan con preocupación la llegada de las lluvias, sobre todo en aquellos que ya han padecido por inundaciones a causas de desbordamientos.
“El problema más grave es que la quebrada la convirtieron en un basurero y cuando llueve esto se pone muy feo”, dice Ramón Pérez, mientras señala la parte baja del puente de La Peña donde los malos olores a causa de los montones de desperdicios son insoportables.
Dice que fue hace unos seis años cuando limpiaron el cauce de la quebrada y que durante la actual gestión municipal no lo han hecho la primera vez.
La misma situación se puede observar en el paso de la corriente entre los barrios El Trompillo y Los Luises, donde, según Rafany Mulato, una vecina, ellos mismos han realizado operartivos de limpieza ante la inútil espera de las autoridades municipales. “Aquí vienen a echar la basura, no sólo la gente de Los Luises sino también de otros barrios, porque dicen que no tienen servicio de aseo urbano”, afirma.
También en el sector, a causa de la maleza y arbustos que han crecido alimentados por la permanente humedad, las aguas no circulan libremente, formándose verdaderas lagunas contaminantes, causantes de enfermedades.
La joven hizo un llamado directamente al alcalde Alfredo Ramos para que gire instrucciones a fin de que La Ruezga sea sometida a un operativo de limpieza que comprenda desmalezamiento y retiro de desperdicios, desde simple basura, pasando por colchones, muebles, cocinas y lavadoras viejas y otros artefactos, pero quer sea pronto, antes de que llegue la temporada invernal. Mientras eso no ocurra, la principal quebrada de Barquisimeto, sustituta del río Turbio en lo que respecta a receptoría de aguas servidas y todo tipo de desperdicios de la ciudad, continuará convertida en una gigantesca cloaca.
Pero esa situación no sólo se presenta en los barrios al norte, sino también en la urbanización que lleva su nombre, al noreste, donde resultan inefectivos los operativos de limpieza por la inconciencia de muchas familias que, con el argumento de que Imaubar no cumple con su compromiso de prestar el servicio de aseo urbano y domiciliario, se ven en la obligacción de lanzar allí sus desperdicios a la espera de que la corriente los haga desaparecer, lo que no siempre ocurre.
Juan de Dios Martínez, un vecino, aspira que desde ese instituto se adelanten operativos intensivos de limpieza de la quebrada en toda su extensión como medida preventiva ante la amenaza de que el fenómeno natural La Niña, que sustituiría al Niño próximamente, no sea causante de emergencias por desbordamientos, inundaciones y destrucción de aquellas barriadas ubicadas a corta distancia, pese a las advertencias que se les hicieron a sus habitantes.
Mientras eso no ocurra, La Ruezga seguirá siendo una seria amenaza para quienes la han ignorado por no haberla visto salirse de su cauce y arrasar todo lo que se encuentre a su paso, como ya ha ocurrido en varias oportunidades durante los últimos años.
