En la calle 23 de enero del sector El Turbio en Santa Rosa el agua que ven los habitantes es la que corre por el pavimento producto de los diversos botes que existen, mientras que en las tuberías de las viviendas hace tres meses que dejó de salir el vital líquido.
Para sus residentes, El Turbio es un sector abandonado por los gobernantes y le hace honor al dicho de “que los políticos solo se ven en tiempos de campaña”, o en el mes de enero de cada año para víspera de la visita de la Divina Pastora, pero lo que prometen nunca lo cumplen.
Reina Oropeza, habitante del sector, cuenta que desde hace 8 años existe un bote de aguas blancas que sale desde La Cañada, circula por el buco que atraviesa la comunidad y desde las viviendas se escucha como una cascada. Otros botes se reparten por las calles.
“Nosotros hemos visto como Henri y Alfredo han venido, pero sólo para la parte de arriba, aquí es donde viven las personas que realmente tenemos necesidades. Ni siquiera porque existen dos casas hogares de abuelos nos han tomado en cuenta”, dijo Oropeza, quien considera que el Consejo Comunal tampoco cumple con sus funciones de trabajar y canalizar los recursos para mejorar las condiciones de la comunidad. “Chavistas o de oposición; para nosotros todos son iguales”.
A pocas casas les llega un chorrito de agua durante la madrugada que les permite llenar tobos, que les alcanza sólo para lo más básico.
Ulises Durán manifestó su molestia tras la construcción de un edificio de 9 pisos en la parte alta de la comunidad. Se imaginan que la alcaldía autorizó para que tuvieran la disponibilidad de todos los servicios, mientras que el resto de las viviendas padecen hasta por el aseo urbano.
De continuar con la falla del agua, en las próximas semanas no descartan salir a protestar e incluso trancar a la altura del puente de Santa Rosa para que sus reclamos sean escuchados por las autoridades.
Peligrosas caídas
Amarilis Brito denunció que han acudido a diversos entes gubernamentales para cerrar o enrejar el buco, ya que se encuentra entre los caminos que comunican a las viviendas, por lo que niños y adultos mayores se han caído en varias oportunidades.
“Hace unas semanas se cayó la niña de una vecina y se dio un fuerte golpe en la cabeza, fue un susto para todos que afortunadamente no fue muy grave, pero eso es lo que queremos evitar, una tragedia”.
Ese buco fue construido con los recursos de los mismos habitantes que se organizaron hace más de 10 años para recaudar el dinero y levantarlo. Sólo le piden a la alcaldía o gobernación que les facilite los materiales o ejecuten la obra completa, pero que respondan a sus requerimientos.
Ese buco en más de una oportunidad ha colapsado por la cantidad de basura que es lanzada y ante la falta de limpieza.
Sin asfalto
No es necesario que los vecinos describan el estado en que se encuentran las calles, sólo basta con transitar por la zona para evidenciar que la autoridad municipal actual ni la anterior han iniciado un programa de bacheo.
“A nosotros los que nos han lanzado son retazos de asfalto”, respondió uno de los residentes, manifestando su decepción con los políticos.
Damnificados
Otras de las quejas tiene que ver con la falta de solidaridad por parte de las instituciones públicas con la familia que se le quemó su vivienda el pasado mes de enero, producto de un cortocircuito.
“Esa familia se quedó sin nada, es una señora con tres niños de 6 a 1 año que tuvieron que refugiarse en la casa comunal El Turbio, pero ninguna institución les ha respondido por lo menos con los materiales”. Afirmó Brito que la comunidad tuvo que organizarse para regalarle ropa e incluso uniformes escolares para que no dejaran la escuela.
Los afectados han tratado de levantar el rancho con las latas de zinc que quedaron, pero están prácticamente inservibles.
