Venezuela no solo es la primera región de Latinoamérica en tener embarazos precoces sino que además forma parte de un círculo vicioso del que participa la mayoría de las familias de bajos recursos.
De esta forma se expresó Enrique Abache, director médico de la asociación civil Planificación Familiar (PLAFAM), quien aseguró que un estudio a profundidad , realizado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) , el Fondo de Poblaciones de las Naciones Unidas y la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Venezuela, revela que de cada 10 adolescentes (mujeres y hombres) con conocimientos de tratamientos anticonceptivos, solo uno utiliza el método; con lo cual se desmiente el mito que por años ha circulado de que el embarazo adolescente es producto del desconocimiento y poca educación sobre el tema.
Explicó que una de las posibles causas de esta situación, corresponde a que las jóvenes colocan como meta a corto plazo salir embarazada y de esta manera salir del “yugo” de sus padres, bien sea porque no reciben buen trato, deben cuidar a hermanos pequeños o el grupo familiar es muy grande.
“El 99% de esos niños que nacen de adolescentes generalmente son criados por los abuelos, porque el joven que embarazó, huyó de la responsabilidad, lo cual constituye otro problema. La realidad es que se trata de niñas y muchachos que a su vez son hijos y nietos de adolescentes. Es una situación que se naturalizó. Por eso decimos que se trata de un problema sociopolítico, algo que va más allá de la actual situación del país, y en lo cual hay que hacer un gran trabajo”, señaló.
Para el profesional de la medicina, que dedica su labor a contribuir al ejercicio de los derechos humanos en materia de salud sexual, debe permitírsele a este sector de la sociedad, expresar abiertamente su sexualidad, para que comiencen a tener una actitud responsable ante el hecho.
Manifestó con preocupación que se discrimine la intención de una adolescente de 15 años, de acudir al centro hospitalario para recibir información sobre la planificación familiar.
“A esas muchachas las tenemos que recibir y con mucho tacto decirles las cosas como son, sobre todo en cuanto a los métodos anticonceptivos, y explicarles también sobre mejores proyectos de vida posibles, como el estudio, para salir de su situación de pobreza”, acotó.
De igual forma, sostuvo que el trabajo social también debe ir orientado a los hombres, entre otras cosas, para que hagan uso correcto del preservativo, con lo cual no solo se evitaría el embarazo no deseado sino cualquier infección de transmisión sexual.
Finalmente Abache, enfatizó en la necesidad de desneutralizar a los sectores más desfavorecidos y cambiar la premisa de que el mejor proyecto de vida de una adolescente, viene acompañado de un bebé.