La imagen del Santo Cristo, que llegó a Yaritagua en 1894, encargado por el padre Mendoza, saldrá el Viernes Santo en su procesión número 121, actividad en la que, una vez más, se pondrá de manifiesto la vocación religiosa de los habitantes de la capital del municipio Peña.
En su urna de cristal, elaborada por el humilde artesano don Ezequiel Parra, el recordado “sordito Ezequiel”, por encargo de la familia Carvallo Otero, ha permanecido siempre en el hogar de la carrera 7 entre 13 y 14.
Refiere la historia que, a comienzos de 1890, por iniciativa del presbítero Antonio Luis Mendoza, quien se destacaba como fino poeta y escritor, director del periódico El Eco Católico y párroco de Santa Lucía, se inicia lo que con el transcurrir de los años se convertiría en una de las más hermosas tradiciones religiosas, que tiene su importancia cuando, en 1893, llega a La Guaira la imagen del Santo Cuerpo, adquirida en Italia.
Durante algunos años permaneció en la catedral de Caracas, con la admiración y devoción de las caraqueñas y los caraqueños, hasta 1894 cuando llega a Yaritagua.
Según la tradición, la imagen permanece en la casa de la familia Carvallo, descendientes de las Otero-Escalona y Carvallo-Otero, conocida anteriormente como “La casa de los aromas”, debido que el mesón donde se saca en las procesiones no cabía por las puertas de otras casonas.
El Viernes Santo, a las diez de la mañana, el Santo Cuerpo es trasl ladado de la casa de los Carvallos hacia la iglesia Santa Lucía, a pocas cuadras, donde permanece hasta las primeras horas de la noche cuando sale en procesión por algunas calles del centro de Yaritagua.
Los feligreses tienen así varias horas para acercarse y rendirle devoción.
Jelitza González, una de las devotas del Santo Cuerpo de Yaritagua, considera que este año será mayor la asistencia de feligreses a la procesión y a todos los eventos a celebrarse con motivo de la Semana Santa, por los problemas que estamos confrontando los venezolanos.
Antes, este domingo, también se espera que la iglesia Santa Lucía, considerada como la más importante del municipio, se colme de católicos que, mediante la bendición de las palmas, implorarán paz y se termine la crisis que por desabastecimiento padecemos.