El Niño es un fenómeno meteorológico, que genera grandes y graves consecuencias en países que hacen costas con el océano Pacífico, sobre todo Colombia, Ecuador, Perú, Panamá, Nicaragua y Guatemala, en Latinoamérica.
Se trata de una corriente de aguas calientes que, al desplazarse sobre esas costas, origina sequías en ciclos recurrentes, explica el ingeniero Luis Fernando Arocha, expresidente de la compañía de servicio público Hidroccidente y asesor en proyectos hidrológicos.
Como se conocen sus efectos desde hace muchos años, las autoridades de esos países han tomado y siguen adoptando sus previsiones.
No se han hecho las inversiones
-¿Qué sucede en Venezuela, donde el Ejecutivo nacional, a través del Ministerio del Poder Popular de Energía Eléctrica, cuyo titular Luis Motta Domínguez, ha expuesto que ese fenómeno es culpable de la crisis en el servicio nacional eléctrico, motivo por el cual ha habido necesidad de declarar el estado de emergencia en ese sector?
-La crisis que se está viviendo no se le puede achacar a El Niño. Este es el momento propicio para que con toda claridad y con amplios sentido de responsabilidad profesional y político le preguntemos a este Gobierno militarista y autocrático: ¿Qué ha hecho en los 17 años de gobierno en los planes de inversión para el sistema eléctrico nacional? ¿Qué ha hecho en ese mismo tiempo en el mejoramiento de los sistemas de agua potable en el país? ¿Qué ha hecho en materia de saneamiento ambiental?
Cuando se examinan las memorias y cuenta de cada uno de esos 17 años de gobierno que ha presentado este régimen, cualquier ciudadano acucioso se consigue con que no ha habido inversión en esos sectores tan importantes.
Lo que ha hecho este Gobierno en todo ese tiempo es cubrir las necesidades de la población, tanto en el sistema eléctrico como en el de abastecimiento de agua potable, con lo que dejó la mal llamada cuarta república.
Nadie va a conseguir que esta seudo revolución haya construido una sola represa en la especialidad hidroeléctrica.
Lo único que se puede conseguir son unas pocas inversiones que, de paso, no han dado los resultados que el régimen planteó en el sistema termoeléctrico.
En Planta Centro, Morón, estado Carabobo, realizaron una inversión con los chinos y todavía a eso no se le está viendo “el queso a la tostada”.
Si nos vamos al sistema hidroeléctrico del Guri con las subsiguientes represas aguas abajo, tampoco ha sido posible lograrlas terminar.
En el caso de Uribante-Caparo, que se había anunciado que sería una realidad, tampoco lo ha logrado cumplir esta administración cívico-militar.
Buscando a un culpable
Entonces, dice el ingeniero Arocha, no vengan ahora el presidente Nicolás Maduro y sus ministros a echarle la culpa a El Niño, a La Niña y al producto de ambos.
Porque esos son fenómenos de la naturaleza, que ya conocemos y suceden cada cierto tiempo, que son recurrentes y han sido profusamente estudiados por los especialistas en la materia y han dado las recomendaciones pertinentes.
Y ante situaciones cíclicas como esas, el Gobierno ha debido tomar medidas preventivas, a pesar de que los efectos de El Niño en nuestro territorio nacional no nos perjudica en la magnitud que se registra en países que tienen costas con el Pacífico, sobre todo el Perú, donde son muy grandes los estragos.
La falta del vital líquido
-Pero, ¿no ha sido muy fuerte esta sequía?
-Esta sequía que se ha presentado ahora no es nada diferente a la que se han registrado en años anteriores.
Por cierto, recuerdo que el primero de abril de 2008, en EL IMPULSO, aparecieron unas declaraciones que había suministrado para este diario, donde decía que si no llovía para esa fecha, en el embalse de Dos Cerritos quedaba agua para atender los requerimientos del Sistema Alto Tocuyo, desde El Tocuyo hasta Cabudare, para 144 días.
Y es por eso que yo garantizo que si vamos ahorita a ese embalse, pudiera ser que quedara un volumen no para 144 días sino que pudiera ser para 100 días, siempre y cuando el recurso se maneje con criterio técnico. No a la improvisación y que venga alguien que diga: “abran la válvula y dejen eso así, no importa lo que se gaste”.
Los embalses se trabajan con criterios técnicos y los problemas que se han venido produciendo es porque, lamentablemente, no se ha laborado correctamente.
Además, este mal gobierno no ha construido un solo embalse destinado para atender los requerimientos de agua de ninguna ciudad del país.
Es por eso que dentro de las consecuencias de la sequía, que se han acentuado en el curso de los últimos tres años, aparece el problema de la falta de agua, ya que los embalses han comenzado a disminuir su volumen de almacenamiento.
Agua para 2 millones de personas
-Concretamente, en Lara, ¿la vida útil de la presa Dos Cerritos ya se está acabando o todavía tiene muchos años por delante para seguir siendo el reservorio de agua más importante para Barquisimeto?
-El embalse de Dos Cerritos es sumamente noble. Su capacidad es para cubrir una demanda de 180 o 200 millones de metros cúbicos. La cota de su aliviadero es de 667 y su nivel mínimo es de 660. En esos siete metros que tenemos hay agua suficiente para cubrir las necesidades de una población de hasta 2 millones de habitantes. No más de eso.
-Entonces, ¿qué ha pasado para que exista preocupación por la suerte de ese embalse?
-Después que nosotros tuvimos el servicio en el año 1992 con la famosa quinta línea, no ha habido, de ahí para acá, el incremento ni siquiera de un litro de agua para incrementar el Sistema del Alto Tocuyo. Lógicamente, la población creció y la demanda supera la capacidad máxima que tiene dicho Sistema.
-¿Qué se está haciendo para atender esa situación?
-Hidrolara, que no es bien vista por cierto por el Gobierno nacional y que solo cuenta con el apoyo del Ejecutivo del estado Lara y de las alcaldías cuyos municipios se surten de ese embalse, no tiene los ingresos como para decir que puede construir otra represa porque para una obra de esa naturaleza se requieren inversiones muy altas, que única y exclusivamente las puede hacer el Gobierno nacional. Si no dispone de los recursos, claro está, apela al Ministerio de Finanzas, para que haga las gestiones destinadas a conseguir los dólares, los yenes o los marcos alemanes con los cuales se puede construir una obra de esa naturaleza.
Hay que aplicar plan de contingencia
-Como ya está escaseando el agua, ¿cuáles son las medidas que deben adoptarse?
-No queda otro camino plantear un análisis de sectorización y de racionamiento del agua.
Eso significa un plan de contingencia que Hidrolara va a tener que tomar en consideración ahorita para poder garantizar el poco volumen de agua que se disponga, de manera tal que las poblaciones ubicadas al norte, como El Cují y Tamaca; al oeste, como los barrios situados alrededor de los estanques de El Tostao; y asimismo como Cabudare, no sufran por la escasez del preciado líquido. Como el Gobierno nacional no ha tomado la responsabilidad de atender estos servicios, todos nosotros vamos a tener que hacer un uso muy racional del agua. Hidrolara tendrá que aplicar la sectorización en forma equitativa.
Cuando le dé agua al norte, quitarle al sur; y cuando le suministre al sur, restringirlo al norte. Y así sucesivamente en cada una de las regiones del municipio.
-Si no actúa oportunamente, como usted recomienda, ¿qué nos espera?
-De lo contrario podríamos caer en una situación de extrema crisis, porque la falta de agua generaría un problema de salud pública. Porque a ti te quitan la luz, tú puedes prender una mecha, una lámpara, utilizar una linterna (incluso la del teléfono) para iluminar.
Pero, si yo te suspendo el servicio de agua por 72 horas, puedo estar ocasionando un problema de tipo sanitario, causar cualquier enfermedad de origen hídrico. No es lo mismo la carencia de agua a la de otro servicio. Es el servicio público más indispensable y el único que es insustituible.
La mejor solución: Dos Bocas
-Desde hace muchos años, usted ha venido sosteniendo que existen posibilidades de resolver la crisis de agua en la región. ¿Por qué ha dicho que no es el Sistema Yacambú-Quíbor?
-De manera irreverente y no prestando atención a las recomendaciones de diversos sectores políticos y técnicos del estado Lara que me formulaban, yo asumí la responsabilidad de fijar mi posición con relación a Yacambú en el primer Congreso sobre Agua, el 8 de junio de 1991.
Consideré que Yacambú no constituía la solución al grave problema que confrontaban las comunidades abastecidas por el Sistema Alto Tocuyo. Y en ese momento había que proceder a la ejecución del paquete de obras que integraban la ampliación y llevar al máximo la regulación del embalse de Dos Cerritos, el montaje de la quinta línea de bombeo y la ampliación de la planta de tratamiento Ciudad de Barquisimeto hasta un caudal de 5.500 litros por segundo, obras que se pusieron en servicio el 16 de septiembre de 1992. Pero, advertí que tal incremento solo era suficiente para cubrir las necesidades de una población de 850.000 habitantes, la cual se estimaba alcanzaría el eje poblacional y agroindustrial El Tocuyo-Quíbor-Barquisimeto para el año 2000.
Desde entonces he venido insistiendo en que la solución idónea es el Sistema de las Dos Bocas, el cual está conformado por las siguientes obras: Presa sobre el río Acarigua formado por los ríos Yacambú y Bucaral a poco 4 a 5 kilómetros agujas abajo de la represa de Yacambú, con una capacidad de regulación de 16 metros cúbicos por segundo, cantidad que supera en 533 por ciento el volumen que entregaría Yacambú-Quíbor al sector acueducto.
El Sistema de las Dos Bocas es suficiente para cubrir las necesidades de una población de 5, 5 millones de personas en Acarigua y Araure, de Portuguesa; y los municipios Simón Planas, Palavecino e Iribarren, de Lara. Y sin necesidad de ningún túnel como el de Yacambú.