La muerte es el enemigo de la humanidad y el castigo justo por los pecados de cada uno de nosotros, pero hubo un hombre que venció sobre ella, dejándonos un sinfín de bendiciones.
La resurrección de Jesucristo siempre será una historia curiosamente interesante y maravillosa, de hecho, muchos historiadores y teólogos aún no tienen explicación lógica para lo que conocemos como el retorno a la vida después de la muerte de Jesús.
Y es que según narran las escrituras, los soldados romanos celebraban la victoria de la muerte más vil de la historia, pero a la misma vez vigilaban celosamente el sepulcro donde yacía el cuerpo sin vida de Jesús, pues asombrosamente, luego de permanecer tres días allí, de manera inexplicable la piedra se movió y lo imposible se hizo realidad: El Hijo de Dios, con sus heridas en manos y pies, salió de ese lugar caminando, lo que le confirmó a la fe cristiana que la vida eterna no era solo un mito, sino que gracias a ese gran gesto hoy muchas personas se reconfortan al saber que Él murió por nuestros pecados y logró volver a la vida, motivo más que suficiente por el que hoy celebramos su resurrección.
No es solo un hecho histórico…
Podemos pensar que todo termina en la resurrección y queda escrito en las páginas de las sagradas escrituras, pero más allá de ser uno de los acontecimientos más importantes de la fe cristiana, hoy en día, luego de 1900 años, aún recibimos innumerables beneficios gracias a ello.
Así, la Biblia relata en Juan 11:35 “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá”, lo que nos motiva a creer en Jesús por sobre todas las cosas y nos confirma que con Él tenemos la vida eterna asegurada, invitándonos también a confiar en que nuestros pecados fueron perdonados con una herencia que nadie puede borrar.
Por lo tanto, gracias a su resurrección, todo lo muerto que vive dentro de nosotros también tiene la posibilidad de cobrar vida, por lo que cualquier imposibilidad, desesperanza o sueño sin completar, queda anulada, confirmándonos una vez más que la resurrección no es un mito sino un milagro del que podemos disfrutar para siempre, y permitiéndonos celebrar la certeza de que nuestro Señor murió y resucitó por todos y cada uno de nuestros pecados, siendo este el gesto de amor más trascendental de todos los tiempos, y qué, seguramente seguirá extendiéndose de generación a generación.
La Biblia cuenta…
Mateo 28:1-10: Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. 2 De pronto hubo un gran terremoto, porque un ángel del Señor descendió del cielo y, acercándose, removió la piedra y se sentó sobre ella. 3 Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. 4 De miedo de él, los guardas temblaron y se quedaron como muertos. 5 Pero el ángel dijo a las mujeres: «No temáis vosotras, porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. 6 No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. 7 E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos y va delante de vosotros a Galilea; allí lo veréis. Ya os lo he dicho.» 8 Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, 9 Jesús les salió al encuentro, diciendo:—¡Salve!Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies y lo adoraron. 10 Entonces Jesús les dijo:—No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.
“La muerte de Jesús no fue el final de su obra de salvación, pues la meta del redentora de nuestro salvador fue su resurrección”
“La Resurrección de Cristo no es una leyenda. Es la base y el fundamento de como quiso Dios mismo demostrar su amor para con nosotros.”
“La cruz es la victoria, la resurrección es el triunfo. La resurrección es la exhibición pública de la victoria, el triunfo del crucificado” Eric Sauer