El premio Nobel peruano, Mario Vargas Llosa, presentó en Madrid su última novela “Cinco esquinas”, un relato a medio camino entre el género policíaco y el retrato social, en el que arremete contra el periodismo amarillo.
La novela, cuyo título evoca un barrio de Lima, “cuenta una historia que al principio parece policial y luego se transforma en una historia de connotaciones políticas muy profundas, complejas, en un contexto de gran inseguridad y de mucha violencia social y política”, explicó Vargas Llosa en una rueda de prensa en la Casa de América de Madrid.
Ambientada en los últimos años del régimen de Alberto Fujimori, la novela comienza con la historia de dos mujeres de la alta sociedad, que “por obra del toque de queda tienen que pasar la noche juntas (…) y viven una experiencia sexual”, explicó Vargas Llosa, cuya novela está impregnada de erotismo.
En el duro ambiente “de encono e inseguridad” de aquellos años, “el sexo aparecía como una tabla de salvación, como una forma de buscar una seguridad y un goce que el resto de la vida había en cierta forma abolido, acabado con ello”.
Pero el autor de La fiesta del chivo, también aprovecha su obra para hacer una crítica al mal periodismo, al periodismo apegado al poder.
“Era una característica bastante original de la dictadura (de Fujimori) la utilización de la prensa amarilla para intimidar a sus críticos y callarlos, o para castigarlos”, explicó el Nobel de Literatura.
“Me apena mucho la deriva que el periodismo ha llegado a tener en nuestro tiempo, se ha convertido en un entretenimiento que utiliza el escándalo”, explicó el autor, recordando que ha “sido periodista toda mi vida”.
Vargas Llosa insistió en que no quería hacer “un documental” con su novela, sino que “quería que hubiera una intriga, incluso de carácter policial, que sirviera como punto de encuentro de distintos episodios, de distintas posiciones sociales, que vivían de una manera distinta ese contexto, enconado, que era la vida cotidiana” en la Lima de aquella época.