Aquí en Venezuela hacer cualquier trámite es engorroso, difícil, complicado, y la pérdida de tiempo es lo más lamentable. Por eso, estamos como estamos: atrasados en todos los órdenes.
Cuando todo es fácil, fluye, corre libremente. Un trámite que se puede hacer en horas se tarda días con las consecuencias que ello implica: pérdida de calidad de vida. Por ejemplo, los bancos. Ir a uno significa perder un día o más para hacer una simple actualización de datos, pues te exigen recaudos como si fueras a abrir una cuenta por primera vez.
En estas situaciones observamos que la mayoría de gerentes y empleados viven con el rancho en la cabeza, porque se envalentonan con el poder y se creen con derecho a tratar a los usuarios con desprecio, aunque son ellos los que le dan de comer. Igual pasa cuando vas a un organismo público, se tardan hasta meses para dar una respuesta que podría darse en unos minutos.
Hay una especie de empaste mental que le cubre el cerebro a los empleados y directivos, gente vil que se satisface diciéndote: “Venga mañana, madrugue para que llegue temprano”, con el fin de maltratar y humillar al prójimo. Aquí vive gente atrasada, negativa, involucionada que no busca la manera de agilizar un trámite sino todo lo contrario: hacerlo más engorroso de manera tal que el usuario se canse y no vuelva o pague para que agilice su diligencia.
¿Qué hacer para cambiar esta forma de actuar? ¿Qué nos falta para llegar a ser eficientes en nuestro trabajo? Considero que falta interés, respeto hacia los demás y disposición para el trabajo. Se debe tener planificación y organización para cualquier cosa que deseemos realizar, se deben prever qué recursos, materiales se necesitan para hacer nuestra labor con eficiencia.
Es doloroso ver a funcionarios que pasaron por una universidad y que ésta no haya pasado por ellos, porque no lograron construir un pensamiento reflexivo ni una capacidad lógica, tampoco alguna organización y sistematización para realizar un trabajo. Esto representa una pérdida de tiempo total. Si en el sitio y durante los años que debían trabajar para desarrollar el pensamiento no lo hicieron, no lo harán jamás, serán analfabetas con título, pobres mentales para siempre, que perpetuarán el atraso en cualquier área donde se desempeñen. Este no es el mejor país del mundo, es un país que podría ser el mejor si las personas que ocupan un cargo en un puesto público o privado trabajaran con eficiencia.