El 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, iniciativa que tuvo lugar por primera vez en 1994, para recordar el décimo aniversario de la organización benéfica Alzheimer’s Disease International. Desde entonces, esta fecha ofrece a las asociaciones de afectados por el Alzheimer de todo el mundo, la oportunidad de informar a la sociedad de la labor que realizan y de concienciar de las consecuencias en quienes la sufren.
El Alzheimer es una enfermedad que afecta a 26 millones de personas en el mundo, número que se multiplicará por cuatro, para el año 2050, según un grupo de investigación de la universidad John Hopkins. Es decir, de aquí a 40 años, una de cada 85 personas en el mundo sufrirá la enfermedad.
“Primero se pierde la memoria, después se repiten preguntas que ya han recibido respuesta, se colocan objetos en lugares equívocos, se olvida el nombre de objetos usuales, se pierde la orientación, todo comienza a ser más difícil de realizar a pesar de que antes era algo fácil…”. Este relato bien podría ser el de cualquier familiar de una persona afectada por Alzheimer.
El diagnóstico de esta patología supone para el entorno más cercano al paciente un cambio en la organización de la vida diaria familiar, leve en sus inicios pero con una enorme progresión en el tiempo.
El Grupo de Investigación Internacional de Demencia 10/66, determinó que en Venezuela, la prevalencia estimada de la enfermedad tipo Alzheimer en personas mayores de 65 años está alrededor del 7%. Esta cifra se traduce en 100 mil personas. Este dato estadístico parte de que en el país existe casi un millón de personas de la tercera edad que sufren algún tipo de trastornos cognoscitivos, según información publicada por la Fundación Alzheimer.
Según el doctor Antonio Torres, director de la Fundación Alzheimer capítulo Lara, la edad es uno de los factores de riesgo más importantes. La demencia tipo Alzheimer es más común en personas mayores de 65 años, pero también puede ocurrir por debajo de esta edad. En estos casos específicos, intervienen otros elementos como las características genéticas del individuo.
La progresión de la enfermedad es variable; “el diagnóstico oportuno y temprano y la participación de la familia puede hacer que la evolución de la afección sea diferente en cada paciente”.
Hay un camino
En lo que respecta al tratamiento, lo más recomendable es suministrar inhibidores de colinesterasa y bloqueantes de receptores de glutamato y complementar con un fármaco terapéutico para tratar los síntomas conductuales o neuropsiquiátricos. En cuanto a la prevención indicó que es conveniente evitar las patologías que representan factores de riesgo – hipertensión, diabetes, colesterol, tabaquismo, alcoholismo, obesidad, sedentarismo – pues éstas empeoran o aceleran el proceso degenerativo cerebral presenil o senil.
Asistir a consulta con especialistas calificados y exigir todas las exploraciones rutinarias y exámenes pertinentes, además de evitar operaciones que no sean de estricta necesidad pues la anestesia prolongada tiene efectos perjudiciales en el paciente senil, también forman parte de los cuidados que deben mantener los pacientes. Así mismo, es conveniente evitar en lo posible la polimedicación, si no ha sido indicada por el médico, pues hay combinaciones de medicamentos que producen efectos indeseables. “En general la recomendación especial es tener sentido común y considerar que el paciente no es responsable de tener una demencia, así que hay que tenerles paciencia y darle mucho amor”, indicó Torres.
Amor, comprensión y apoyo
El estigma social es consecuencia de una falta de conocimiento acerca de la demencia, lo que puede tener numerosos efectos a corto y a largo plazo, incluyendo: Deshumanización de la persona con demencia, tensión entre familiares y amigos, falta de suficiente cuidado para las personas con demencia y sus cuidadores, una disminución en el números de personas diagnosticadas, diagnóstico y apoyo tardío.
Los familiares y amigos juegan un papel fundamental en el desarrollo o retardo de la enfermedad, los especialistas indican que la actitud más positiva para los pacientes es que sus allegados otorguen la mayor cantidad de amor, comprensión y apoyo posible para superar sobre todo las primeras fases de la enfermedad.
La persona afectada por la enfermedad manifiesta una profunda necesidad de cariño, sobre todo la comprensión del entorno en su lucha incesante por aparentar normalidad y sobrellevar la situación, indicó el director de la Fundación Venezolana de Alzheimer, Antonio Torres.
“Algunas personas desean liberarse de su carga, confesar sus más íntimos temores y ansiedades y recibir un cariñoso apoyo. Necesitan que alguien les asegure que permanecerá a su lado, lucharán con él y les den la tranquilidad de que no serán abandonados para consumirse en soledad; que le darán amor, apoyo moral y de ser el caso, les cuidarán”.
Conviviendo juntos
Para conmemorar el Día Mundial y el Mes del Alzheimer en Venezuela, se han organizado diferentes actividades en diferentes estados, entre ellas se encuentra el 8vo Encuentro Nacional del Voluntariado de la Fundación Nacional de Alzheimer en Puerto Ordaz, donde se reunirán alrededor de 18 capítulos de esta institución que trabajan en ayudas, charlas y asesorías sobre la enfermedad en el país.
Además, en Barquisimeto se llevará a cabo la conferencia “El Alzheimer y el impacto en la familia”, en la Unidad Psiquiátrica de Agudos del Hospital Luis Gómez López.
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