A las 2:30 de la madrugada de ayer se interrumpió la tranquilidad que había en los calabozos de la comandancia general de la Policía del estado Lara. Comenzaron a escuchar ruidos y de pronto un gran alboroto. Los hombres de azul que están encargado de la custodia de inmediato tomaron sus previsiones e ingresaron a dicha área.
El ruido provenía del pabellón 1, en donde están recluidas unas 80 personas. Una vez que los policías entraron con sus equipos antimotines, los internos fueron uno a uno apartándose, hasta dejar un espacio vacío en donde visualizaron tirado en el piso a un interno. Estaba mal herido y bañado en sangre.
Se trataba de Omar José Mendoza Herrera, de 37 años de edad, quien estaba recluido en la comandancia de Polilara desde el 19 de diciembre del 2011. Permaneció 266 días en el pabellón 1 de la Comandancia y en horas de la madrugada fue auxiliado y trasladado por los funcionarios hasta la emergencia del Hospital Antonio María Pineda en donde ingresó sin signos vitales.
Las causas del porqué se generó la riña hasta ahora los internos la han mantenido en silencio, pero la explicación que da Ikai Ledesma, coordinador de la Sala Situacional de Polilara, es que la permanencia de tantos personas juntas, sin condiciones para vivir, sin la respectiva visita de sus familiares, así como la falta de áreas para su esparcimiento contribuye a que afloren las diferencias entre cada uno de los internos y tomen actitudes violentas como la de la madrugada de ayer, cuando le quitaron la vida a un privado de libertad de múltiples puñaladas.
Sin embargo trascendió que este interno la semana pasada sostuvo un impasse con un compañero de celda y hasta le cortaron la pierna, pero en ese momento el problema no pasó a mayores. Creen que el sujeto espero unos días para continuar con la pelea y terminar el problema.
Cabe destacar que la semana pasada, en todos los calabozos de la Comandancia, se realizó una requisa. Incautaron gran cantidad de armas blancas fabricadas con todo tipo de material; se presume que en tiempo récord se la ingeniaron para crear nuevos objetos cortantes.
“El Tripa”, como era conocido la víctima fatal, es el tercer interno en ser asesinados en los calabozos de la comandancia en lo que va de 2012. El primero fue el 9 de febrero cuando Ever Elías Pérez Luque (19) fue desterrado del pabellón 5 y al emigrar al pabellón 1 a las 4:20 de la tarde fue recibido con una puñalada en el pecho y la espalda que le costó la vida. El segundo hecho ocurrió el 30 de abril a las 10:15 de la noche, cuando mataron con una puñalada en el pecho a Pedro José Liendo Durán (30) en el pabellón 5.
Actualmente en los calabozos de Polilara están recluidas 238 personas y en las diversas comisarías están 293, para un total de 531 privados de libertad.
Desde adolescente se perdió
“El Tripa” es natural de Carora, estaba residenciado en el callejón Fe y Alegría con Vargas del sector Carorita del municipio Torres. Era el menor de seis hermanos y con su muerte deja a dos hijos huérfanos, uno de 13 años y otro que en el mes de diciembre cumple sus dos años.
Lucía de Mendoza comenta que desde la adolescencia su hijo buscó malas juntas y esto lo llevó a tomar un camino incorrecto, que lo llevó al mundo de las drogas. El 5 de mayo lo detuvieron por el delito de robo agravado y robo de vehículo, delito por el cual estuvo alrededor de siete años en Uribana, lugar en donde fue visitado en reiteradas oportunidades por sus seres queridos. El 27 de enero del 2011 recobró su libertad plena y el 19 de diciembre de ese mismo año fue detenido por posesión de droga.
La señora comenta que su muchacho nunca contaba los problemas que tenía. Acostumbraba a llamarla todos los días así como a su hijo de 13 años. Ambos viven en Carora. Este domingo “El Tripa” recibió la visita sorpresa de su madre y estaba bastante contento. La doña le dio su bendición y se despidió sin pensar que sería la última vez que lo vería con vida. Recordó que en horas de la noche del lunes se comunicó con su hijo, a quien le recomendó que se cuidara.
A las 3 de la mañana le sonó el teléfono a Ángel Mendoza. Era la pareja de su hermano: se comunicó para darles las triste noticia de la muerte de “El Tripa” en una riña”.
Con gran dolor indicó que tanto sus padres como hermanos aconsejaron a Mendoza Herrera, pero él hizo caso omiso. Los seres queridos con resignación esperaban en las afueras de la morgue la espera de su cuerpo.
Fotos: Dedwison Álvarez