En las últimas semanas una debilidad del sistema eléctrico nacional está afectando con fuerza diferentes sectores residenciales del estado Lara, y especialmente de Barquisimeto.
Sin explicaciones oficiales y ningún tipo de planificación, el suministro de energía es suspendido por varias horas, en detrimento de los usuarios quienes levantaron su voz de protesta en las últimas horas para reclamar un servicio más eficiente.
En sectores del este, oeste y el norte, falla constantemente el suministro de energía, dañando artefactos eléctricos y dejando a los habitantes de las comunidades a expensas de los delincuentes. “Tenemos que cerrar el negocio temprano porque la luz se está yendo cada dos días. Eso implica que tengamos menos ventas y que mis trabajadores deban irse temprano para no ser atracados en las oscuras paradas de autobuses”, dijo el propietario de un comercio al este de la ciudad.
Quedar en penumbra, perder electrodomésticos y no tener a quién reclamarle, causa impotencia en los usuarios quienes han acudido a las redes sociales para desahogar de alguna forma su malestar.
El ingeniero electricista y profesor de la Universidad Nacional Experimental Politécnica Antonio José de Sucre (Unexpo), Luis Vásquez, explicó que el apagón registrado este lunes se debió a una deficiencia en Planta Centro, causada por la escasez de combustible por cuanto la refinería de Amuay no está produciendo luego de la explosión. “La capacidad requerida no está llegando a sus valores nominales. Por ende, las termoeléctricas no están trabajando adecuadamente”.
Explicó el especialista con más de 45 años de experiencia en el ramo, que en Venezuela sólo se encuentran activas un porcentaje de las termoeléctricas pues la mayoría no han recibido el mantenimiento preventivo. “Cuando comiencen las clases habrá un incremento de mil 500 megavatios, lo cual elevará el consumo a 18 mil 500 de demanda y se están generando sólo 15 mil”.
Un déficit de 3 mil 500 megavatios obliga al sistema eléctrico a sacar del servicio ciertos sectores, especialmente en los municipios foráneos, para amortiguar y evitar que el suministro colapse a nivel nacional. “Este año se han registrado 564 interrupciones en todo el país.
Esto significa que el sistema se encuentra en las peores condiciones”.
Con el apagón de este lunes, en Lara salieron del sistema 110 megavatios. En este sentido, Vásquez señala que diariamente se racionan en nuestra entidad entre 50 y 100 megavatios.
Fallas corregibles
Explicó el ingeniero que en la Planta Termoeléctrica Josefa Camejo sólo funciona una de las tres unidades de 40 megavatios. “Hay muchos problemas que nos hablan de una profunda debilidad del sistema eléctrico nacional. Es una situación muy grave”, dijo.
Aunque las autoridades oficiales afirmaron que durante 2012 no habría racionamiento eléctrico, la interrupción constante del servicio indica todo lo contrario.
En enero de este año, el comisionado de comercialización y distribución de Corpoelec, Jesús Graterol, declaró públicamente que el servicio eléctrico estaba garantizado sin racionamientos. Incluso, habló de inversiones mil millonarias para la incorporación al sistema de 4 mil megavatios.
Le corresponderá a las autoridades explicar hacia dónde se dirigieron las inversiones y cuáles son los motivos de las fallas registradas.
Sector industrial no puede competir
El presidente de la Cámara de Industriales, Luis Marín, señaló que el sector industrial no puede competir en otros mercados (como el Mercosur) ante la falta de garantías del suministro eléctrico.
Afortunadamente, un trabajo previo y esforzado entre la industria y la antigua Enelbar, permitió que en el sector no se registraran cortes eléctricos sin previo aviso. “Corpoelec Lara en aras de aportar la cuota de racionamiento que le corresponde a nivel nacional, intenta tocar los sectores menos sensibles. Eso fue lo que se conversó con Enelbar, ellos iban a intentar afectar menos a la industria porque en este sector los procesos son continuos. Un apagón sin previo aviso puede generar pérdidas mil millonarias incalculables”.
En este sentido, Marín reconoce que “ha habido un poco de sensatez. Los equipos para garantizar energía son extremadamente costosos. La mayoría de las empresas no tienen capacidad para cubrir su propia generación de energía con una planta”. Sólo la amenaza de que pueda fallar el servicio, aleja las inversiones y afecta los niveles de rendimientos. “Si entramos a mercados internacionales a competir con estas debilidades, tendremos muchos problemas”.
