Eduardo Herrera, portero de 22 años, se hizo un lugar en la historia del Deportivo Lara, después de hilar cuatro partidos sin recibir goles, lo que viene a convertirse en un récord de la institución.
Tras encajar un tanto en la jornada inicial -derrota 1-0 ante Trujillanos- sorteó los siguientes desafíos sin sufrir daños, al terminar con la valla intacta en los careos contra Atlético Venezuela (victoria 3-0), Ureña (empate 0-0), Monagas (triunfo 2-0) y Petare (0-0).
Nunca antes un cancerbero de la oncena crepuscular sumó más de tres desafíos al hilo sin permitir anotación. Siempre la cadena se cortó en la tercera presentación, como lo refiere el departamento de prensa del elenco rojinegro.
El primer cuidapalos del Lara en pasar tres desafíos sin goles en su arco fue Daniel Valdés, quien lo hizo en el Clausura de 2011. Luego lo consiguió Alan Liebeskind en par de oportunidades, Apertura 2011 y Clausura 2012, mientras que el mismo Liebeskind y David González lo alcanzaron en el Clausura 2013.
De modo que Herrera, con su invicto de 360 minutos -que se extiende a 426 si se toma los del primer partido en Valera- pasa por encima de todos los mencionados y logra un lugar privilegiado dentro de los registros históricos del club.
“Me siento contento, creo que hemos mejorado mucho en ese aspecto de recibir pocos goles y eso es gracias a todo el equipo, que hemos mantenido el arco en cero”, señaló el nativo de San Carlos en declaraciones ofrecidas a través del departamento de prensa del equipo.
“Cuando íbamos a iniciar la pretemporada, el cuerpo técnico nos hizo ver que habíamos hecho bastantes goles (en el torneo anterior), pero también habíamos recibido muchos. De inmediato comenzamos a trabajar para fortalecer el bloque defensivo y gracias a Dios la defensa se ha portado bastante bien. Cada uno de los jugadores ha sido responsable, cuando el equipo se mantiene muy junto (con las líneas unidas), hace que el trabajo defensivo sea más fácil”, agregó Herrera, quien no asume todo el protagonismo por el logro, sino que reparte méritos entre sus compañeros.
También le entregó crédito a Julio Álvarez, exportero de la casa, quien llegó a la institución para sustituir a César “Guacharaca” Baena y lo ha hecho mejorar en su desempeño.
“Me he sentido muy cómodo, ya que es un tremendo preparador de arqueros. Siempre me habla de la responsabilidad que tengo y de alertar al grupo, el portero debe tener confianza en el arco para transmitírsela al grupo y en esa parte lo hemos hablado y me ha ayudado mucho”, finalizó.
