“Esto es una zona roja, nos cansamos de llamar a la policía y nunca vienen, porque tienen prohibido transitar por este lugar. El único día que se vio por acá Gobierno, fue el día que mataron a los siete hombres en la avenida”, indicaban varios docentes de la Unidad Educativa San Vicente, ubica en la calle 48 con Ribereña, al oeste de la ciudad, quienes a la vez denunciaron que es la tercera vez que son robados en lo que va de año.
Sólo han transcurrido 52 días del año y ya la instalación ha sido objeto de tres robos. El primero fue el 12 de enero, seguido por otro el 21 de enero; y el más reciente este domingo, a las 7 de la noche, cuando el director fue avisado por un miembro de la comunidad y al llegar a la instalación observó a un sujeto escapar de la escuela por la pared.
A las 6 de la mañana de ayer llegó el personal obrero y vio varias piedras, además de jabón en polvo regado por los pasillos. Notó que algo pasaba, miró hacia los salones de preescolar, que son los dos primeros que están en la entrada, y notó cómo estaban violentadas las rejillas de la ventana. Nuevamente se habían metido. Al revisar vieron que faltaba mucho material escolar, además de un ventilador. Las obreras recorrieron otros salones en los que vieron tapas de zinc levantadas, así como vidrios rotos.
Cuando Rafael Beniz, directivo del plantel llegó, les confirmó que el asalto se produjo en horas de la noche del domingo.
Durante el recorrido que se realizó por la institución educativa se observó cómo los maleantes reventaron un tanque de agua, además de que una vez más tumbaron la pared de la parte de atrás para ingresar. Dicho muro se ha levantado una y otra vez, saliendo el arreglo de los bolsillos del personal docente, obrero y representantes.
Las obreras localizaron una bolsa con artículos escolares, la cual estaba escondida entre la maleza y hacia una alcantarilla. Aparentemente tenían intenciones de regresar por lo dejado.
La mañana de ayer se suspendieron las clases y se reunieron los docentes, el director y una docente en función supervisora perteneciente al colectivo de supervisores del estado Lara de la Zona Educativa, quien levantaba un acta de todo lo sustraído, además se le realizó la petición de la vigilancia permanente, así como el alumbrado e insumos suficientes para la comunidad.
El profesor Beniz comenta que tiene nueve años trabajando en dicha escuela y son incontables los robos que han sufrido.
Comenta que la institución está totalmente a oscuras porque han acabado hasta con los cables. Los últimos bombillos fueron puestos por Corpolara para las elecciones del 6 de diciembre, por ser un centro de votación y una vez que el Plan República se retiró de la escuela desaparecieron hasta los sócates.
De la misma forma, comenta que cuentan con un vigilante solo tres días a la semana, que monta guardia desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde, y los fines de semana queda desamparada la institución. En esos días se cometen los actos delictivos.
“Hemos tenido que sacar de nuestro bolsillo para enrejar todo lo que es la dirección, algunos salones. Los docentes repararon el portón, la comunidad aporta y aún así los ladrones hacen de las suyas”, asegura el director de la escuela San Vicente.
Los hampones han dejado sin clases, ni agua ni baños a los 253 alumnos que hacen vida en el plantel. Solo quedan dos pocetas para 156 niñas y 16 docentes.
Hacen un llamado a las autoridades competentes a tomar cartas en el asunto, porque el robo a las instituciones públicas ya se está volviendo común.