Era la noticia más esperada para este 2016, los venezolanos estaban conscientes que en cualquier momento serían anunciadas y no descartaban el gran impacto que generaría en los bolsillos de todos los ciudadanos.
Muchas de estas medidas era recomendadas por especialistas como el primer paso para iniciar la transformación económica del país, siempre y cuando estuviesen centradas en objetivos claros.
Finalmente el miércoles en la tarde el Presidente Nicolás Maduro anunció lo que tanto había prometido y durante casi cinco horas de cadena informó al país el alza en los precios del combustible; la de 91 octanos de 0,07 bolívares el litro pasó a 1 bolívar y la de 95 octanos de 0,097 bolívares el litro subió a 6 bolívares.
Ese cambio era lo comentado por trabajadores, conductores e incluso ama de casa mientras estaban en los supermercados, en tiendas, y plazas en el centro de la ciudad.
La mayoría manifestaba su aprobación y argumentaban que debió realizarse desde hace muchos años porque el combustible era extremadamente económico, con un precio por debajo al de una botella de agua.
Pero había una diferencia de criterios con tal medida, sobre el destino de esos recursos; para muchos de los consultados es un error que el dinero producto de esa alza de precios sea para las misiones y no para la misma producción del combustible o cualquier otro requerimiento del país.
Señalaron que puede existir el mismo descontrol e incluso pérdida de dinero sino hay una contraloría responsable como ha sucedido en muchas instituciones del Estado.
Las estaciones de servicio en horas del día mostraron un ambiente de normalidad y según Juan González, trabajador en una de las gasolineras del este, si había mayor movimiento que otros días, pero no se había generado largas colas como lo temían, para aprovechar de surtir ante que entrara en vigencia los nuevos precios. No dudó en expresar que ahora las propinas y los vueltos para ellos se acabaron.
Salario criticado
Al preguntarles sobre el incremento del salario mínimo, que pasó de 9.649 bolívares a 11.578 bolívares y los cestaticket que ahora serán de 13.275 bolívares, muchos manifestaron su aprobación por considerar que ayuda a cubrir los gastos que se generan mensualmente en el hogar, mientras que otros opinaron que al final todo se traducirá en más crisis porque las empresas y comerciantes deben incrementar los productos y servicios para poder cubrir ese dinero.
“Esto no ayuda en nada, dijo una señora mientras camina por la avenida 20, quien prefirió no dar su nombre, pero manifestó su rechazo de como el Gobierno maneja la economía del país.
Luisa Urdaneta, mientras hacía una cola para comprar productos regulados en el supermercado señaló que esos 2.000 bolívares que recibirá le alcanzará para un kilo de queso y medio cartón de huevos, pero no les rendirá para todo un mes.
“Creo que a todos los ciudadanos nos favorece es que el Gobierno trabaje para bajar la inflación, no que nos siga devaluando el bolívar”. En el caso de ella no recibe los cestaticket por ser pensionada.
A cinco personas después estaba Esmeralda Márquez, ella manifestaba que el incremento del bono de alimentación si le ayudará mucho en el mercado del mes, porque al unirlo con el de su esposo superaran los 20.000 bolívares.
“Yo si puedo hacer mis compras con eso. Claro! Me alcanza si hago mis colas a la semana y compro a precio regulado”.
Mientras que Laura Jiménez, ubicada en la misma cola, se alteró con la respuesta de Márquez y manifestó
“yo lo que quiero es no hacer más colas, como es eso que la plata me alcanza si hago cola. Este aumento de salarios al final no ayuda porque todo va aumentar”.
Las colas en los diferentes supermercados amanecieron el jueves más larga que la semana anterior, los ciudadanos tienen la esperanza que los productos sigan apareciendo después que se activo la Operación Gorgojo, ejecutada por el Sebin.
Sin consulta
El diputado Daniel Antequera también se pronunció sobre las medidas del Ejecutivo nacional y rechazó que se hayan tomado sin haber sido conversadas y evaluadas con todos los factores que hacen vida dentro de la sociedad, tanto en lo económico y político tomando en cuenta que la crisis requiere de acciones inmediatas, pero que realmente generen soluciones a corto y largo plazo.
“Amanecimos más empobrecidos, el Gobierno quiere que todos los venezolanos le administremos la crisis a ellos. Tendremos un viernes rojo, con un aumento de la gasolina que traerá problemáticas con todo el sector transporte”.
Para Antequera es conveniente hoy más que nunca que el Ejecutivo se siente con el sector privado, pero que no se trata sólo de diálogos a medias sino de verdaderas acciones, que permitan reactivar el aparato productivo que es lo necesario para sacar a Venezuela adelante.
Criticó que por el contrario el país ha sido testigo de cómo los ministros y demás miembros del Gobierno se han negado asistir a la Asamblea Nacional para rendir cuenta y explicar tantas irregularidades en los últimos años.