La doctora Cecira Briceña, quien se destaca como psicóloga, sexóloga y docente universitaria expone que en tiempos de crisis, adversidades o carencias el amor verdadero se fortalece. Las adversidades nos hacen saber con quién contamos.
El amor es de actos, no de palabras. Se acompaña de palabras pero se reafirma en el acto.
Pese a la realidad del país no podemos perderle el encanto a la vida. El amor sigue siendo un reto, por lo cual debemos proponernos a celebrar este día y no calificarlo de comercial. La amistad, el amor a la pareja, el amor a la familia y el amor propio se celebran, no precisamente con grandes regalos, sino con acciones simbólicas. El venezolano estuvo habituado a los monumentales detalles pero debido a la crisis es necesario madurar y festejar la ocasión con detalles afectivos.
“Es valioso compartir con nuestras personas preferidas, aquellas con las cuales compartimos gratas noticias y con las que compartimos un dolor. Muchas veces por falta de tiempo o por pensar que el detalle tiene que ser material, no nos aproximamos a esas personas preferidas. Hay que hacer un alto porque no estamos solos. Si de pronto no tenemos una pareja, todos tenemos un amigo que queremos. La amistad es energía, un valor de la vida, un alimento”.
Cómo vivimos el amor
Briceño considera que hoy en día la familia debe explicar a sus hijos cómo se comparte el amor. La sociedad tiene un problema de amor, pero también de fe. Las personas están burlándose del amor, de los valores, la amistad y la familia por falta de orientación. El amor es un sentimiento puro y sano que no puede supeditarse a la pareja, la cual no puede sujetarse solamente al sexo.
“El amor es compartir, nutrirse y nutrir. En estos momentos hay una voracidad sexual, la vida sexual se está vendiendo con mucha facilidad y los jóvenes creen que una manera de demostrar el amor es con la vida sexual activa y son dos cosas que deben manejarse con guantes de seda”.
La psicóloga agrega que los jóvenes se conocen hoy y mañana quieren vivir juntos. Las parejas se están apurando en el proceso de consolidación y en la toma de decisiones importantes como la convivencia. El amor ha perdido seriedad. Mucha gente se casa con esta actitud: si me va mal me divorcio. No estamos apostando verdaderamente a las relaciones de amor. En consecuencia, no estamos haciendo el esfuerzo por construirlas; el amor es esfuerzo. El amor verdadero no tira la toalla al primer momento.
“Hay verdades que son absolutas: nadie puede vivir sin amor y en la adversidad o en la carencia sabemos quiénes nos aman”.
Cuando nos tomamos el tiempo para hacer un detalle con nuestras propias manos, cuando nos tomamos el tiempo para escribir un buen mensaje, una carta, preparar el desayuno, arreglar la casa… etc estamos demostrado amor. Mientras más cosas simbólicas se entregan, se demuestra mucho más cuánto se quiere, explica la docente.
Compartir
La pareja no puede llenar el espacio compartido de actividades domésticas solamente. Ese espacio está colmado de salidas al cine o alquilar una película y verla en casa, tomar un café, hablar de un tema en específico, caminar juntos.
“Ahora vemos los extremos. La persona no hace nace nada sin la pareja o no se involucra en la vida, entorno y gustos del otro. No hace el esfuerzo. El amor es esfuerzo al igual que la convivencia. Hay que evaluar la calidad del espacio compartido. Hay parejas que salen a tomarse un café o están en la cama pero no tienen tema de conversación. En lugar de aprovechar los momentos, un miembro de la pareja prefiere jugar con su celular o monitorear las redes sociales cuando hay muchas razones para cultivar la relación”.
Negativo
Según Briceño la tecnología está incidiendo terriblemente en las relaciones de pareja. Es una herramienta maravillosa pero lamentablemente nos distancia de las personas que tenemos cerca y amamos. Hay parejas que están ensimismadas en su celular, estando en la cama, en un restaurante, en el almuerzo. Se anula el espacio para compartir.
“Hay una dependencia absoluta al teléfono que está afectando la interrelación con la pareja. Debido a ello la infidelidad se ha acentuado. Por ejemplo, en tu propia oficina con tu esposo trabajando al lado, puedes serle infiel con el compañero de al lado y nadie se da cuenta. La tecnología nos está controlando”.
Énfasis en lo sexual
Las relaciones se han vuelto sexofísicas. Tiene que haber otra cosa porque la piel se acaba. Hay que nutrir el espacio afectivo, espiritual, emocional e intelectual. Las verdaderas relaciones se nutren, se está en permanente comunicación con el otro sobre los más mínimos detalles, dice Cecira.
“Las relaciones están durando poco. De cada diez parejas, cuatro están en un deterioro marcado. La convivencia de pareja es difícil pero no imposible. Los matrimonios se construyen en el tiempo. La solución no es bajarse del barco. La clave es entender que la familia es un proyecto y haré todo lo posible para que prospere y se mantenga, no voy a tirar la toalla a la primera crisis. Se evalúa lo que está afectando, se aceptan con humildad y madurez para hacer los cambios que hagan falta porque sí de verdad se ama, se procura el bienestar del otro”.
Concubinato
Tristemente y por comodidad de unas 100 parejas se están casando 30. Por supuestas razones económicas cuando casarse no es una fiesta, casarse es un acto. Las parejas están tomando con mucha ligereza la convivencia. Está pasando mucho con los jóvenes que están emigrando. Hay una impronta irresponsable en la convivencia.
“Hay problemas. Es normal. Pero sí queremos seguir adelante se conversa todo lo que se tenga que hablar, se busca asesoría, etc. Si por cualquier tempestad me doblego cualquier tempestad será posible. Hay muchas más cosas para acabar un matrimonio que para mantenerlo. Está el trajín, el trabajo, problemas económicos, las presiones, el televisor, el internet, el celular, etc”.
Detecte agresiones
La doctora indica que si por ejemplo tienes una reunión de trabajo importante, si recibes un reconocimiento, si algo notorio pasó y tu pareja ni lo menciona, eso es una agresión psicológica, se trata de indiferencia. Cuando ignoramos al otro lo agredimos. Cuando no nos abrimos a la comunicación plena se lastima al otro.
“La vida acelerada está entorpeciendo la vida de los matrimonios pero al entender que el proyecto familia, hogar, pareja es importante se hacen acuerdos. Se hace el esfuerzo. Se comparten las actividades, no se abusa del otro. Hay que evitar esa creencia de que no podemos mejorar”.
Una relación sana se basa en el respeto
Una relación sana es aquella que es nutritiva, la que te permite ser y hacer. La que no tiene limitaciones, donde no hay control y es permitido tener tu espacio propio y desarrollarse en ese espacio. Una relación sana no conlleva ningún tipo de agresión: física, verbal, psicológica, sexual, emocional. En una relación positiva no existe el dominio ni la pertenencia. Permito que el otro sea auténtico, lo refuerzo, lo acompaño.
La psicóloga añade que en una relación sana sin duda se puede cuestionar y criticar pero con tacto, de manera constructiva, saludable, en un tono adecuado y sin poner ni quitar porque a veces decimos cosas que están demás.
“No tenemos que ser iguales, ni gustarnos las mismas cosas, deben existir desacuerdos, desajustes, pero en las relaciones sanas enfrento, abordo y expreso lo que siento sin herir al otro. En las relaciones patológicas conflictúo, agrando, agredo, pierdo la paciencia. En las relaciones sanas conversamos y hablamos en plural, en las relaciones patológicas gritamos y hablamos en singular”.
Respeto
En una relación sana hay respeto por encima de todas las cosas. Las parejas pueden discutir pero no utilizar groserías, no aventar objetos, no se es brusco, menos hiriente. No hay posturas en las que alguno se siente por encima del otro.