Un predio superior a una hectárea, destinado a la construcción de la prolongación de la avenida Universidad, en el sector La Mora del municipio Palavecino, fue ocupado el pasado viernes en horas de la tarde, por 14 familias.
Con machete en mano, picos y escardillas, los ocupantes limpiaron el enmontado terreno y delimitaron las parcelas con alambradas de púas, alegando que iniciarán la construcción de los ranchos, al concluir la remoción de la gran cantidad de escombros y animales muertos depositados en el lugar.
En ese sentido, Javier Guédez, María Mendoza y Nelsy Gallardo, declararon que lote está baldío desde siempre.
-Como puedes observar es un vertedero de basura a cielo abierto, por lo cual tomamos la decisión de tomarlo debido a la necesidad imperiosa de vivienda, subrayaron los jóvenes ocupantes.
Puntualizaron que mientras el solar se pierde entre la maleza y la basura, ellos viven “arrimados en casa de nuestros padres, que también viven en ranchos esperando respuestas del Gobierno”.
-Estamos parcelando, guardando los respectivos retiros de las quebradas que surcan el lugar, para que no exista ningún tipo de problemas a la hora de una crecida, manifestaron.
Al ser consultados sobre si conocían que por el predio estaba proyectada la ampliación de la Avenida Universidad, según el Plan Rector de Vialidad de Palavecino, fueron tajantes al afirmar que esperarían la respectiva reubicación a un lugar apto para vivir “con casas dignas”, según lo establecido en la Constitución Nacional.
Hicieron un llamado al alcalde de Palavecino, Richard Coroba, quien hasta el momento no conocía sobre la situación.
Inseguridad en la zona
María Mendoza, ocupante, resaltó que el terreno es guarida de malandros que roban en las urbanizaciones aledañas y toman esos espacios para repartirse el botín.
Igualmente, al sitio se acercaron vecinos de las urbanizaciones Petimora y La Pedregoza, para condenar el hecho.
Remarcaron que la situación, por demás anárquica, retrasa cada vez más al municipio, “pues ya invaden hasta los terrenos proyectados para el desarrollo del municipio con apoyo gubernamental, a sabiendas que las parcelas serán un jugoso negocio de los mismos invasores”.
Fueron contundentes al afirmar que los mismos invasores eran quienes asaltaban a los vecinos de las urbanizaciones cercanas, añadiendo que en La Mora vivían una especie de toque de queda, debido al incremento de robos y asaltos a las viviendas y vecinos.
Destacaron que los ladrones abrían boquetes en las paredes perimetrales de Petimora, colindante con el terreno invadido, para penetrar a las casas.
Fotos:
Luis Alberto Perozo Padua
