Lo sucedido el pasado fin de semana con el vigilante del colegio La Salle, que fue herido de gravedad para robarlo, es un ejemplo de lo que se vive todos los días en el centro de Barquisimeto, sobre todo quienes habitan en las comunidades adyacentes.
Me dice Gabriela Coronel, que esta situación se presenta todos los dñias en las horas de entrada y salida del colegio. Los representantes llegan y se van con el temor de ser víctimas del hampa, pues los delincuentes hacen lo que quieran en la zona, mientras que las autoridades brillan por su ausencia.
“Es horrible los fines de semana la soledad y de paso no pasa la policía nadie, y en las noches a oscuras y solo los malandros caminan por los techos. Es fuerte la situación, es mas hasta da miedo sacar la basura a la hora que sea porque te hacen pegar carreras”.
Las horas en las que se alborotan los delincuentes es cuando a las 7, a las 12 y a las 5:30 de la tarde que son los horarios en que los representantes de los estudiantes pasan buscando a sus hijos y allí es donde aprovechan los amigos de lo ajeno para hacer fiestas.