Un grupo de sacerdotes reclutados especialmente ha recibido instrucciones de último minuto del papa Francisco, antes de iniciar su misión en distintas partes del mundo: de mostrar una faz más misericordiosa de la Iglesia católica a los pecadores.
Unos 700 sacerdotes de numerosas procedencias, muchos de ellos con audífonos para escuchar traducciones, oyeron el martes cómo el papa resaltaba la imagen acogedora que quiere que vean los feligreses y cómo deberían actuar al oír la confesión.
Francisco explicó que mucha gente abandona el sacramento de la confesión debido a que los sacerdotes los sermonean o les exigen relatar detalles embarazosos.
El pontífice dijo que los confesores no deben juzgar «con un aire de superioridad» sino acoger a los penitentes con los brazos abiertos.
Un sacerdote se dirige al extremo norte de Canadá. Otro utilizará un vehículo remolque para llegar a un lugar remoto en el desierto australiano.
El cuerpo de confesores inicia formalmente su misión el Miércoles de Ceniza.