Los habitantes del sector La Ribera, parte baja de la avenida Uruguay, despertaron alarmados este domingo al percatarse de que estaba bajando un verdadero riachuelo que amenazaba con inundar las casas no afectadas por los hundimientos de fines de año.
Euclides Vargas, Francisco Pacheco y otros habitantes, preocupados por lo que ocurría, subieron la pendiente y constataron el incremento en la gran cantidad de agua que caía sobre las viviendas destruidas y comenzaba a ingresar a las ubicadas en el tramo sur de la calle principal de la barriada.
“Esto no es nuevo; tiene varias semanas que se rompió el tubo matríz allá arriba y día y noche se está botando el agua blanca hasta formar una cascada. Hemos llamado varias veces a Hidrolara y no hacen caso”, dijo Vargas.
Agregó que en vista de la indiferencia oficial ante el problema optaron por abrir un canal para sustituir el tubo viejo que, por la cantidad de agua, resultaba insuficiente, pero durante la madrugada del domingo colapsó y se formó el riachuelo.
“Menos mal que eso pasó cuando ya estaba amaneciendo porque si hubiera pasado en la noche nos hubiéramos inundado todos en la parte baja”, expresó por su parte una vecina.
En La Ribera no están satisfechos con la forma como desde los entes oficiales, municipal, regional y nacional, han tratado la situación que confrontan las familias de La Ribera, 13 de Abril, Comunidad de Dios, Cruz del Sur y Concha Acústica, entre otros sectores inmediatos a la avenida Uruguay.
Se quejan de que la policía fue retirada de La Ribera, dejándoles solamente en la avenida, lo que algunas personas han aprovechado para construir ranchos donde antes los hubo.
En La Ribera, dijeron, el peligro no ha desaparecido; solamente que se mantiene sin alteraciones porque no ha llovido, pero mientras no sean eliminadas las filtraciones de aguas blancas existentes en la parte alta pueden registrarse otros derrumbes de la tierra mojada y afectar las casas ocupadas por familias.
Igualmente, en la zona circularon versiones según las cuales las viviendas desalojadas están siendo utilizadas por delincuentes para ocultar el producto de robos en el centro de la ciudad.