“Hoy el presidente debería llamar al sector privado a discutir un acuerdo nacional para enfrentar la crisis (…) Debería abandonar el discurso de guerra y concentrarse en las acciones necesarias para lograr la paz. Pero lo más probable es que hoy el presidente repita el mismo discurso político que le llevó a la derrota electoral”. Así se expresó vía Twitter el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, respecto a las medidas económicas que el Ejecutivo planea poner en marcha.
El economista indicó que la crítica situación actual no va a mejorar con amenazas ni promesas, sino que se necesitan cambios, sacrificios y racionalidad. “Atender el problema de abastecimiento exprimiendo inventarios estáticos es como saciar la sed de la ciudad con una botella de agua mineral. Las empresas redujeron dramáticamente su capacidad de producción y las importaciones caen. El precio del petróleo sigue en caída libre y las pérfidas de ingresos para Venezuela dan dentera” explicó.
En cuanto a la medida del Decreto de Emergencia Económica que señala que permite tomar los bienes de una empresa para garantizar el abastecimiento en el país, León opina que “puedes tomar activos de una empresa. Sus máquinas, inventarios, vehículos. Pero no puedes tomar su conocimiento para producir y distribuir. No hay materias primas ni divisas. No pagas proveedores. Controlas los precios debajo de los costos y eres hostil. ¿De quién es la guerra?”
“Incrementar la oferta y producción privada” es la única solución, a juicio del experto, lo cual no se logra, subrayó, con discursos ni amenazas sino con cambios creíbles en el modelo. “Es inaceptable que la oferta de solución sea controlar precios y cambio, algo que has hecho por más de diez años y sólo empeora la situación. El país requiere un shock de confianza para retomar el camino. Amenazar, intervenir, apresar es la ruta exactamente contraria a eso”.
También calificó de “suicida” el mantener el sistema productivo en el piso y a los inversionistas “espantados”.
Hizo un llamado al Gobierno para que se reúna con la empresa privada, dé apertura al mercado cambiario, reconecte con financistas internacionales y cambie subsidios en dólares por bolívares.
“Sin eso, el barranco” concluyó.