La gran fila en el Bicentenario se evidenció desde tempranas horas del día de ayer, cuando los usuarios asistieron a la red de abastos, muchos de estos desconociendo los artículos que podrían adquirir.
Afortunados fueron al poder comprar carne, pues gran parte de quienes realizaron la cola esperaban la llegada de tal producto.
Horas más tarde la presencia de personas aumentó al conocer lo que se estaba vendiendo. Asimismo, personas conocedoras del movimiento en el centro de compras, dieron a conocer que desde hace semanas no llegaba carne alguna al lugar, señalando que en diciembre las personas se quedaron con las ganas de comprar a precio regulado. Gran parte de la cuadra que abarca el comercio, en donde se encuentra el mercado del Estado, era ocupada por los ciudadanos quienes con sombrillas y otros objetos se tapaban del sol inclemente que había.
Leche líquida, para bebés y aceite fueron otros de los productos ofrecidos a los compradores, quienes justifican las largas horas de pie con el bajo precio que pagaron.
Esperan que para el día de hoy, a quienes les corresponda la compra, de acuerdo al orden que lleva el Mercado Bicentenario, los compradores puedan adquirir la misma mercancía, pues ha sido uno de los problemas que se ha tenido con el sistema de control por número de cédula.
El sábado se evidenció en la ciudad gran movimiento en distintos comercios que venden artículos regulados, incluso Pdval ubicado en la avenida Libertador también tuvo una larga fila de ciudadanos a la espera de comprar económicamente.
Algunos usuarios aseguraron destinar sus días de descanso para visitar establecimientos en toda la ciudad, en búsqueda de algún producto específico.
Expresaron su molestia al tener que desperdiciar su tiempo de esa manera en las colas, quejas especialmente dirigidas a los abastos del Estado, asegurando que “deberían ser cerrados, porque no cumplen su función”.
Los usuarios consideran que los productos deberían encontrarse a precios económicos, en cualquier parte y sin importar el día