Duelo final entre opositores a diez días de inéditas primarias

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La oposición venezolana elegirá el 12 de febrero a su candidato presidencial entre los gobernadores Henrique Capriles, favorito, y Pablo Pérez, en unas inéditas primarias cuyo grado de participación determinará la fuerza con que el ganador arrancará su difícil disputa con el popular Hugo Chávez en las elecciones del 7 de octubre.
Capriles y Pérez, jóvenes gobernadores de los dos Estados más poblados y ricos del país, Miranda (norte) y Zulia (oeste), respectivamente, convirtieron en un duelo entre los dos las primeras primarias presidenciales de la historia política moderna de Venezuela, en las que compiten también la diputada María Corina Machado, el sindicalista Pablo Medina y el ex embajador Diego Arria.
El gobernador de Miranda, de 39 años, con una trayectoria política que inició con 25 como presidente de la extinta Cámara de Diputados y una tenaz campaña electoral que le ha llevado a recorrer puerta a puerta el país durante casi dos años, aparece con una clara ventaja en los sondeos para medirse en los comicios del 7 de octubre a Chávez, que buscará un tercer mandato de seis años.
El abandono de la candidatura la semana pasada del tercero en las preferencias, el ex alcalde Leopoldo López, para aliarse a Capriles, catapultó a este abogado, que asegura querer gobernar para todos los venezolanos superando la polarización política en el país.
Capriles «estuvo solo como precandidato presidencial durante mucho tiempo, es el más conocido de todos, se enfrentó a Chávez» como parlamentario cuando asumió el poder en 1999 y ha sabido dar «una imagen de compromiso y valentía», argumentó a la AFP el presidente de la firma Datánalisis, Luis Vicente León.
Su candidatura se ha visto además reforzada por estar desde hace muchos años desligado de los partidos políticos tradicionales, que los venezolanos rechazaron cuando eligieron por primera vez a Chávez, mientras Pérez, de 42 años, es precisamente el candidato que cuenta con el apoyo de las viejas formaciones.
El zuliano, también abogado, confía por este motivo en las maquinarias de los partidos para revertir las datos de las encuestas en las primarias, en las que se desplegarán más de 7.600 mesas electorales bajo el control de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Los analistas aseguran que la participación será clave para medir, a ocho meses de los comicios presidenciales, la fuerza del candidato opositor frente al omnipresente y carismático Chávez, que lidera lo que denomina una «revolución socialista».
«Cuantos más electores participen, mayor será la demostración de fuerza de la oposición facilitándole el clima de opinión de cara a las presidenciales», dijo a la AFP el politólogo John Magdaleno, asegurando que una movilización escasa permitiría en cambio a Chávez hablar de «fracaso» de las primarias.
El presidente, que goza de altas cotas de popularidad 13 años después de su llegada al poder, dijo recientemente que le «da igual» quién sea su contrincante, al que ve como un candidato del «imperialismo» y al que asegura ganará con «más del 70%» de los votos.
En las primarias, los analistas estiman que de votar el 10% del total de 18 millones de electores, se tratará de una marca «significativa».
Pero «es muy difícil hacer una proyección porque no tenemos una experiencia previa en primarias, porque hay muchos centros electorales que no van a estar abiertos» debido al coste económico que supone la cita para la oposición, y porque este tipo de voto «no motiva» como unas elecciones, subraya León.
La MUD llamó a los venezolanos a movilizarse el día 12, garantizando la confidencialidad del voto con el compromiso de destruir los cuadernos electorales pasadas 48 horas de las primarias, después de que en 2004 el oficialismo publicara la lista de firmas que permitieron convocar un referendo revocatorio del mandato de Chávez ese mismo año.
Pero para León, al menos los más de tres millones de empleados públicos «no irán a votar, porque el temor no son sólo los cuadernos, sino que te puedan ver en la cola de la mesa electoral, por ejemplo».
 Tras las primarias, el ganador afrontará el reto de integrar a las fuerzas perdedoras y reforzar, con el apoyo del máximo número de partidos, su candidatura frente a Chávez, al que atacará en sus puntos más débiles como la inseguridad reinante en Venezuela o la elevada inflación (27,6% en 2011).
 Sin embargo, Capriles, y en menor medida Pérez, han apostado por un discurso que evita la confrontación abierta con Chávez, defendiendo un «proyecto de futuro» que conserve «lo positivo» de ahora, con la meta de ganarse el mayor número de votantes entre el electorado tradicionalmente chavista, localizado en las clases populares, según León.
Paralelamente al candidato presidencial, los venezolanos están llamados a elegir en las primarias opositoras a candidatos a gobernadores para los comicios regionales del 16 de diciembre y a alcaldes para los comicios locales de abril de 2013.

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