Cada año el pueblo agradece a María, en su advocación de Divina Pastora, las bendiciones recibidas. La camina, le canta, la acompaña en su ruta de fe de cada 14 de enero.
En 2016 sobran razones para la alegría: son 160 años de un acto de devoción que se ha convertido en fiesta espiritual de una región, de un país y hasta del mundo.
El diario EL IMPULSO ha querido, en esta oportunidad, mostrar las historias de quienes han vivido la acción milagrosa de la Virgen.
Por la salud ante todo le han orado a la Madre de Dios y su súplica se ha devuelto en curación. Además, recordamos la historia de esta procesión histórica e invitamos a vivir la Ruta de la Misericordia, catorce estaciones para meditar y volver acto vivo la oración nuestra de cada día.
A la Divina Pastora, madre amorosa, la honramos, la veneramos y jubilosos saludamos
su viaje a esta tierra de esperanza.
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