El grave problema que tiene Venezuela no es ese asunto folclórico de los retratos retirados de la Asamblea Nacional, sino una crisis inmanejable para este año
Al hacer tal afirmación el Dr. Américo Martín, abogado, escritor, ex parlamentario y ex negociador de la Coordinadora Democrática, indica que expertos internacionales coinciden en tal apreciación.
-Todo el mundo anuncia una catástrofe, comenta. Aunque el gobierno no ha asumido en términos claros la situación, el hecho de que el presidente Nicolás Maduro haya anunciado que va a dictar un decreto de emergencia económica, ya lo está reconociendo.
Lo mismo sostiene el ministro de Economía Productiva, Luis Salas, quien dice que hay que atender esto con extremada urgencia.
Hay un punto que es clave: el Presidente de la República ignora la relación que hay ente lo político y lo económico.
Si está dispuesto a atender una emergencia económica, tiene que explicar en qué consisten sus medidas, pero todavía no lo ha dicho.
Si de verdad quiere enfrentar la terrible crisis económica del país, lo primero que tiene que hacer es entenderse con el Poder Legislativo y dialogar con la oposición.
Porque la oposición es más grande que el gobierno como lo demostró el seis de diciembre del año pasado. Y, además, el Poder Legislativo es demasiado importante e influyente para echárselo en contra. Esa es una temeridad.
La Asamblea Nacional tampoco puede dejarse arrebatar sus facultades. Y por eso ha reaccionado, tal vez una vez con excesos, pero, en general defendiendo sus prerrogativas.
Nadie tiene más fuerza que el soberano para decir cuáles son los funcionarios que deben ser juramentados.
Sencillamente, una Sala Electoral montada de una manera como todo el mundo sabe, bastante folclórica, actuó en forma brutal contra unos señores de Amazonas que habían sido reconocidos y proclamados por el Consejo Nacional Electoral. Y como tales, tienen inmunidad parlamentaria.
Si la Sala quería actuar contra ellos por la razón que fuera tenía que levantarles la inmunidad. Y todos sabemos que eso solamente puede hacerlo la Asamblea Nacional. Eso es una arbitrariedad.
Pero, no por esa arbitrariedad puede trancarse el juego. Diosdado Cabello y Pedro Carreño quieren llevar las cosas al extremo de crear un conflicto de poderes, que se traduzca en la detención de los directivos de la Asamblea. Esa es una locura que no va a ocurrir. Nadie tiene fuerza para eso.
Cabello perdió poder, primero, porque dejó de ser presidente de la Asamblea. Segundo, de la vicepresidencia fue sacado uno de los suyos, Jorge Arreaza, y colocado Aristóbulo Istúriz; y tercero, perdió poder en la Fuerza Armada, donde aspiraba a ser ministro de Defensa o se esperaba que lo fuera. Está muy asustado y por eso trata de crear una situación.
Morales no sabe nada
Sobre las declaraciones de Luisa Estela Morales, ex presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, quien dijo que eran anulables los actos de la Asamblea, Américo Martín expresó:
Luisa Estela Morales ha demostrado que no sabe de Derecho. Ocupó una posición dentro de la sumisión que el TSJ ha tenido ante el Poder Ejecutivo.
La gente no puede olvidar nunca que ella declaró que no existían tres poderes cuando universalmente se ha establecido que hay un poder público nacional, subdividido en tres poderes.
Porque éstos se equilibran, se ayudan entre si, pero también se controlan. Esa es la doctrina democrática original. Morales, de la manera más deportiva y ligera, hizo esa declaración sólo para que el Presidente Maduro actuara por encima del TSJ y del Poder Legislativo.
Afortunadamente ella salió del Tribunal Supremo de Justicia y no tiene ninguna influencia dentro de ese organismo, ni dentro del foro venezolano. Nadie la respete como jurista. En consecuencia, sus opiniones hay que tomarlas como lo que son: palabras de ocasión porque se las ordena Diosdado Cabello.