En una maniobra inteligente, el pedalista Orluis Aular (Gobernación de Yaracuy) saltó del centro de la calzada al costado derecho, en pleno embalaje, para encontrar vía libre hacia la meta y arrebatarle el triunfo, sobre la misma raya final, al italiano Matteo Busatto (Southeast), demostración de habilidad y potencia que le entregó el honor de ser el primer líder de la Vuelta al Táchira 2016, inaugurada con un circuito de 102 kilómetros entre la capital tachirense y la vecina localidad de Táriba.
Así las cosas, el oriundo de Nirgua, tierra de buenos ciclistas, firmó una especie de “batacazo”, dentro de una jornada inicial para la cual se pronosticaba una tentativa batalla entre velocistas estelares como Arthur García y Miguel Ubeto, vistas las características de los metros finales del trazado, unos 700 metros de ligero descenso ideal para corredores rápidos.
El yaracuyano de 19 años, promesa del pedalismo nacional, marcó tiempo de 2 horas, 26 minutos y 18 segundos para la fracción de arranque, aderezada por la buena cantidad de público que acudió a las cercanías de la llegada y que registró altas temperaturas -32 grados- al momento de bajarse la bandera a cuadros, a las 2 y 30 de la tarde, en la Plaza Bolívar de esta ciudad, ubicada en la comercial y amplia Séptima avenida.
Lejos de ser un trayecto para calentar piernas, hubo momentos de enorme intensidad, con promedio de carrera casi cercano a los 50 kilómetros por hora. Claro está, ayudó el hecho de que había tramos de descenso cuando se regresaba de Táriba a San Cristóbal, en un circuito pautado a siete vueltas (14 kilómetros cada una) y de importante dureza, distinto a como suelen ser las jornadas sobre trazados citadinos, casi siempre en terreno plano.
A la par de la enorme conquista de Aular, surgen como hechos para destacar la buena ubicación en la etapa de Jonathan Monsalve, Jonathan Salinas y Jackson Rodríguez, aspirantes a podio en la competencia y que al ubicarse dentro de los diez primeros dan cuenta de la óptima condición física con la que llegan al evento.
También vale resaltar la décima casilla de Jean Carlos López, uno de los seis guerreros que hacen parte del equipo Fundación Ángel Pulgar, que le da a Lara presencia en la prueba por etapas más importante después de ocho años de ausencia.
En el caso de José Rujano, quien atrae los focos de atención por sus conocidas condiciones para la trepada y por el hecho de estar ante la posibilidad del pentacampeonato, se limitó a rodar dentro del paquete, sin hacer esfuerzo innecesario, a la espera de su terreno predilecto, la montaña, para saltar en busca de protagonismo.
Mientras tanto, habituales hombres de segunda página aprovecharon para tomar su cuota de gloria en el circuito inaugural, a sabiendas de que más adelante tendrán poco espacio para mostrarse. El primero en hacerlo fue el trujillano Fernando Briceño, al ganar el primer esprint de la competencia, en la segunda circunvalación (kilómetro 28), y convertirse en el primer líder transitorio de la carrera.
Después, todo el protagonismo se lo llevó una dupla que se fue en escapada, Yorman Fuentes (Táchira) y Carlos Castro (Mérida), sin mayor diferencia, siempre cercana al minuto, y que le alcanzó para apuntarse los siguientes dos puntos intermedios. Fuentes cruzó primero en ambas ocasiones (kilómetros 44 y 58) y asumió el liderato de la especialidad, antes de rendirse frente al paso fuerte que imprimía el pelotón, lanzado por Lotería del Táchira y Gobernación del Táchira, en procura de colocar en posiciones delanteras a sus embaladores.
El último esprint, a 32 kilómetros de la meta, lo dominó Pedro Sequera, delante de Yoder Godoy y Juan Murillo, tras lo cual no hubo licencia para más nadie, pese a los intentos de los italianos por despegarse y dar la sorpresa.
Llegó, entonces, el desenlace de la porción, un episodio de película, porque Busatto parecía tener el triunfo amarrado, por el centro de la calzada, hasta que apareció de la nada Aular, por el costado derecho, para rebasarlo en la misma sentencia.