Conseguir puntos es clave. Sea una victoria o un empate, la selección de Venezuela debe tratar de pescar un resultado positivo al visitar a un necesitado Perú. El partido, a jugarse en el estadio Monumental de Lima, está programado para iniciar a las 8 y 55 de la noche.
La oncena nacional nunca ha ganado en suelo peruano, pero, inmersa en el momento cumbre de su historia, parece tener una oportunidad clara para romper el maleficio.
En seis presentaciones en suelo inca, la Vinotinto ha cosechado apenas un punto -un empate sin goles en 2004 cuando el timonel era Richard Páez- y acumula cinco derrotas. Claro está, eran otros tiempos.
Ahora, con una plantilla pletórica en talento, apuntalada por el estelar Juan Arango, la selección criolla puede jugarle de tu a tu al elenco de franja roja e incluso se atreve a retarlo, con la amenaza de arrebatarle los tres puntos.
“Tenemos los argumentos para ganarle a Perú”, señaló el técnico César Farías al conversar con los periodistas peruanos que acudieron al primer entrenamiento del seleccionado en Lima. Por esa declaración, los medios de aquel país tildaron de “agrandado” a Farías, pero el DT tiene la certeza de que su equipo, que ya alcanzó las semifinales en la pasada Copa América, puede dar un gran golpe en su visita a Lima.
La selección vinotinto tiene clara la fórmula para salir bien librada del difícil encuentro. “Tenemos que jugar un partido inteligente”, advirtió el defensor Oswaldo Vizcarrondo.
El primer paso es hacerse fuerte en defensa. Los venezolanos se enfrentan a un equipo que, si bien aparece en el sótano de la clasificación, cuenta con un tridente de atacante de alto nivel, conformado por Claudio Pizarro, Jeferson Farfán y Paolo Guerrero, además de un carrilero con llegada por la banda izquierda y pegada como Juan Vargas. Los llaman los “Cuatro fantásticos” y son la esperanza de la selección peruana para salir del foso.
La tarea no luce fácil. Nada sencillo contener a un Perú con tanto potencial. Pero en el pasado ha demostrado que puede secar a jugadores de postín, como lo hizo en octubre pasado cuando frenó a Lionel Messi para vencer a Argentina 1-0 en Puerto La Cruz.
Desde luego, la ausencia de Tomás Rincón y Fernando Amorebieta, dos fichas calves, pesa, pero le toca demostrar a los reemplazos que están a la altura de las circunstancias.
Mantener el cero es determinante. Por eso debe mantenerse el orden, tener las líneas juntas, y no darle espacios al rival, amen de evitar los errores defensivos.
Cumplir ese objetivo -mantener el arco intacto- permitirá ampliar las posibilidades de por lo menos sumar un punto, mientras que luego toca apostar al contragolpe en ataque, con un Juan Arango que suele poner pelotas de oro desde un costado al otro, y un Salomón Rondón fuerte, que puede resolver cualquier refriega incluso en desventaja numérica, como ocurrió meses atrás frente a Uruguay.
El otro recurso para crear peligro es la pelota quieta, un argumento con el cual ha hecho daño en los últimos tiempos y es una de las “armas” favoritas de Farías.
Llegó la hora de jugar. La selección criolla busca pescar al menos un punto para seguir entre los primeros cinco de la clasificación y mantener vivo el sueño de clasificar al mundial de Brasil.
Foto: Reuters
